La rotura accidental en un caño del gasoducto que abastece de fluido a Ushuaia generó una situación de emergencia en la capital provincial, mientras cuadrillas de Camuzzi no pudieron este sábado reparar el problema.
La ciudad se encuentra abastecida de agua pero los servicios de luz y gas se encuentran reducidos y con cortes en importantes sectores de la ciudad.
Falsos mensajes alarmistas de todo tipo en las redes sociales siembran injustificada alarma en la población, hablando de un desabastecimiento que está lejos de ocurrir. Lejos de aportar información certera, el gobierno provincial permanece pasivo ante la situación, sin brindar el parte oficial que se requiere y sólo un comunicado de Defensa Civil explicó someramente el estado de cosas.
Simultáneamente, la empresa Camuzzi informó desde Buenos Aires que se encuentra trabajando en el problema, aunque admitió que no se podrá reparar el tramo dañado del gasoducto hasta por lo menos el mediodía del domingo.
La compañía pidió que las dependencias públicas restrinjan totalmente el consumo y que los vecinos lo limiten en todo lo posible, hasta que pase la emergencia.
En tal sentido, se informó extraoficialmente que se han cancelado todas las actividades deportivas en recintos cerrados que estuvieran previstas para el fin de semana.
“Personal de la empresa sigue trabajando intensamente en la reparación de la rotura del gasoducto de alimentación de la red de la ciudad que fuera dañado por un tercero este mediodía», consigna el parte emitido por la empresa Camuzzi.
«Mientras se realizan los trabajos técnicos, es esencial reducir la demanda del fluido, por lo que se reitera el pedido de que toda la población reduzca al mínimo indispensable el consumo de gas en la ciudad hasta nuevo aviso», solicita.
Incertidumbre y mensajes apocalípticos
Mensajes de todo tipo inundaron este sábado las redes sociales, a favor de la falta de precisiones oficiales que informaran cabalmente a los vecinos sobre la emergencia en Ushuaia.
A través de audios o mensajes reenviados se advertía sobre una supuesta carencia de combustibles (lo que provocó enseguida la formación de las consabidas colas frente a las estaciones de servicio) y hasta recomendaban, irresponsablemente, correr a los supermercados a abastecerse frente a la posibilidad de una situación caótica que lejos está de avecinarse.
A la noche, el servicio de agua potable era normal en Ushuaia, el alumbrado público estaba suspendido en casi toda la ciudad (con excepción de la zona céntrica) y la energía domiciliaria también estaba afectada en casi toda la zona urbana con cortes sectorizados. En algunos barrios había reclamos por el corte de la señal de internet, aunque sin poder determinarse si ello tenía que ver con la emergencia.
La provisión de gas no se interrumpió en ningún momento, aunque regía el pedido de restringir el consumo al mínimo posible y se especulaba con que las reparticiones podrían ser privadas del suministro durante el domingo y hasta resolverse definitivamente la situación.
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