«Se le veía en su rostro un dolor inmenso y recuerdo que dijo ‘me mataron’ ”, declaró hoy al Nuevo Herald el pastor Mario Lleonart Barroso, quien se encontró con Soto García, de 46 años, después que éste saliera de un hospital en la ciudad de Santa Clara.
Según cuenta en la entrevista, Soto hablaba con amigos durante su habitual reunión a la mañana en el parque, y no estaba haciendo una protesta pública, cuando un policía se le acercó a él, le pidió sus documentos de identidad y le exigió que se fuera del parque. Soto discutió, el policía lo esposo y lo golpeó.
Un agente de policía que pasaba en un auto patrullero les dijo a los otros agentes que él sabía que Soto sufría de varias dolencias y ordenó que lo llevaran al Hospital Arnaldo Milián Castro, donde lo trataron y le dieron posteriormente de alta
Lleonart, un religioso de la ciudad de Taguayabón, a 20 millas de Santa Clara, dijo a El Nuevo Herald que él estaba en Santa Clara el jueves por la mañana cuando vio a Soto, un amigo que vivía en la ciudad.
“Me acaban de golpear salvajemente en el parque”, dijo Soto, según el pastor. “Me esposaron, me cayeron a ‘tonfasos’ en la espalda”.
Lleonart dijo que alertó a los amigos y envió un tweet informando que Soto “acaba de ser golpeado en S. Clara por la PNR”,la Policía NacionalRevolucionaria. El tweet se registró a las 11:55 a.m. del jueves.
Por su parte, y luego de dos días de silencio, el gobierno de Cuba emitió un comunicado leído en la televisión nacional donde acusó a los disidentes de ser «contrarrevolucionarios inescrupulosos» dispuestos a «difamar al país» y desviar la atención del apoyo popular a un reciente congreso del Partido Comunista y las reformas económicas en marcha.
Según el comunicado, Soto, de 46 años, fue retenido durante tres horas el jueves «sin incidentes» y luego, quejándose de dolor abdominal, ingresó por sus medios al día siguiente en el hospital local, donde le diagnosticaron que sufría de páncreas inflamado.
Según esta versión oficial, que la pancreatitis agravó los problemas cardíacos, hipertensión y diabetes preexistentes, entre otras dificultades de salud, resultando en «shock» y en su muerte por causas naturales.
Soto era miembro de un grupo de oposición poco conocido en Santa Clara, a unos 275 kilómetros al este de La Habana, y había pasado varios años en prisión.
Elizardo Sánchez, de la Comisión de Derechos Humanos de Cuba, un organismo independiente, quien dijo que la paliza provocó la muerte de Soto, pidió una investigación pública del caso y dijo que la policía se estaba volviendo cada vez más brutal en su control de la disidencia