“Tenemos que pagar el alquiler, el transporte, el sueldo de nuestros empleados”, los argumentos son harto conocidos. Sin embargo, la pregunta queda sobrevolando: ¿Es justo pagar hasta 6 veces más por una verdura, que ni siquiera equipara en calidad a la que uno puede acceder en la zona centro y norte del país?
Un recorrido por una verdulería local tipo feria (donde se supone, debemos encontrar precios más accesibles que los ofrecidos en un supermercado o almacén), nos hace dudar acerca de ese axioma que nos hizo alejar de las carnicerías e inclinarnos por la “económica ensalada”.
El caso de la foto, es alarmante. En la misma podemos apreciar que uno debe desembolsar $124,99 por un kilo de “tomates cherry”, producto que podemos encontrar en la página oficial del Mercado Abasto Central de Mar del Plata hasta un 300% más barato: $240 la bolsa de 5 kilogramos ó $440 la de diez.
Comparar, ejercicio odioso
Sólo a modo de ejemplo, tomamos los otros dos ejemplos visibles en la fotografía que acompaña este informe: albahaca y porotos rojos. En el primer caso, vemos que se oferta al público un atado de esta planta a $15,99, mientras que en el Mercado Central de Buenos Aires uno puede hallar dos atados a $6. El poroto “rojo” o “colorado” se ofrece a $50 el kilo: casi un 500% más caro que en el mercado antes citado, donde aparece a $12 el kilo.
La situación se repite en todos los comercios del rubro, y en otros también. En un momento donde discutimos los verdaderos privilegios de la Ley de Promoción Económica (porque la 19.640 no sólo tiene alcance para las electrónicas), vale la pena preguntarse si en realidad estamos siendo beneficiados. O si ocurre lo contrario: los formadores de precios aprovechan los sueldos altos de algunos sectores para pegarnos donde más duele.
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