Los fumadores de pipa de agua -o narguile- se han incrementado notablemente en nuestro país en los últimos años, sobre todo en las franjas más jóvenes. Así lo demuestran los resultados de un sondeo realizado sobre más de 1.700 estudiantes universitarios: casi 1 de cada 3 (27%) había usado una pipa de agua al menos una vez, mientras que entre los fumadores ese valor trepa al 40%, dice la encuesta realizada por el Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (Cienta).
Respecto de su conocimiento sobre la existencia de bares específicos para fumar con este dispositivo, 2 de cada 10 (18,7%) respondieron que conocían alguno, y el 7,3% los había visitado alguna vez para fumar.
Llamativamente, cuando se les preguntó si fumar con pipa de agua era perjudicial para la salud, casi 3 de cada 10 (29%) respondieron negativamente, y 1 de cada 4 consideraba que representa menos riesgo que el consumo de cigarrillos convencionales.
En Mendoza, los comerciantes y consumidores de este instrumento dicen que si bien siempre se ha consumido tabaco de esta forma, en los últimos años la tendencia ha crecido exponencialmente.
“Se compra mucho. Tanto el tabaco como el narguile. Lo que sucede es que es mucho más natural que el tabaco”, aseguró Julio Neme, propietario de Planeta Árabe, ubicado en la galería Tonsa. “Este tabaco tiene poca nicotina y nada de alquitrán”, explicó, agregando que en su familia se usa la pipa de agua desde siempre.
Por su parte, Andrés Caballero (39), un mendocino que fuma de esta manera desde hace 16 años, reconoció que si bien cualquier cosa que uno se meta en los pulmones es nociva, considera que el tabaco del narguile es mucho menos dañino que el de un cigarrillo: “Yo considero que es como el mate de los árabes. Es algo que se comparte, o que se da en un espacio de charla. Es ideal para los asados, por ejemplo”.
Falsas creencias
“El narguile lo fumé por primera vez luego de un viaje realizado por mi hermano a Turquía. Lo trajo junto con tabaco que se utiliza para este adminículo, diferente del tabaco convencional, mucho más húmedo y con distintos sabores, lo que hace de esta experiencia algo interesante dado que la preparación del mismo es casi un ritual”, cuenta Javier Aceña (32), quien admite que lo prefiere al cigarrillo ya que es fumador.
Para preparar el narguile, cuenta, hay que colocar agua fría en la parte inferior, tabaco en un cuenco pequeño de cerámica -generalmente ubicado en la parte superior- donde luego se coloca una brasa candente para provocar la combustión, inhalando desde una boquilla que elegantemente surge de la parte media. Todo el proceso hace más tentador el disfrute del momento de fumar.
Volviendo a la del Cienta -realizada entre los meses de junio y julio de 2015-, su objetivo principal fue conocer el porcentaje de consumo de pipa de agua entre los jóvenes y evaluar el grado de conocimiento sobre el riesgo de su utilización.
“Entre los resultados, nos sorprendió por un lado la alta prevalencia de tabaquistas en la población encuestada (34,7%), y luego ver que el 27,2% había probado pipa de agua. Pero lo que más nos llamó la atención, en una población con elevada formación académica, fue que cuando se les preguntó por su percepción de riesgo entre el consumo de tabaco y el de shisha (o narguile), casi 4 de cada 10 (39%) respondieron que con la pipa de agua el riesgo para la salud era inferior”, manifestó Darío Marsicano, médico cardiólogo y presidente de Cienta.
Según la OMS, fumar en pipa de agua implica un consumo de tabaco mayor al del cigarrillo. El fumador de éste suele pitar entre 8 y 12 veces durante unos 5 a 7 minutos e inhala entre 0,5 y 0,7 litros de humo, mientras que un fumador de pipa de agua realiza entre 50 y 200 pitadas en un lapso de entre 20 y 80 minutos e ingiere entre 0,15 y 1 litro de humo por pitada. Es decir que, en una sesión, el fumador de pipa de agua inhala el equivalente a 100 cigarrillos (o más).
“Vemos con enorme preocupación el crecimiento de esta moda entre nuestros jóvenes, que se inician en el tabaquismo sin saberlo pensando que la pipa de agua es otra cosa o que no les causa daño. Sin duda es una estrategia más de la industria tabacalera para seguir sumando adeptos, que luego migrarán a los cigarrillos convencionales”, completó Marsicano.
Por su parte, Sergio Saracco, del Centro de Información, Asesoramiento y Asistencia Toxicológica de la provincia, explicó que el problema específicamente no es cómo se consume el tabaco sino el consumo en sí mismo.
“El riesgo es exponerse a los componentes químicos presentes en la sustancia en cuestión, en este caso el tabaco, que tiene componentes químicos que causan daños en la laringe, la faringe, el esófago, los pulmones y la vejiga, además de los problemas vasculares y cardiopulmonares asociados al consumo del humo del tabaco tanto para los fumadores pasivos como activos”, aseguró el especialista.
Saracco agregó que el humo del tabaco tiene 4 mil componentes químicos que dañan a la salud y reiteró que no importa el medio por el cual se lo haga ingresar al organismo. “Posee hidrocarburos, nitrosaminas, aldehídos, bencenos y componentes inorgánicos, como arsénico y cromo, entre otros”, advirtió, agregando que sus efectos son la liberación de dopaminas que producen placer, suprime el apetito y otorga sensación de bienestar “disfrazando” los efectos nocivos para el organismo.
Primero los jóvenes
Según Julio Neme, del local especializado Planeta Árabe, la franja que va desde los 17 años a los 40 es la que más concurre a su negocio para comprar pipas de agua o los accesorios asociados a ella. De todas formas, agregó que tienen clientes más grandes pero que la franja más marcada de clientes está en la juventud.
En cuanto a los precios, los narguiles parten desde los 120 pesos y pueden llegar a valer más de 3 mil pesos. “Depende de la calidad de los materiales: los más caros son de bronce y otros son a rosca, que también influye en el valor”.
Respecto de las variedades para fumar, en el local de la galería Tonsa existen más de 100 sabores y los valores de las cajitas donde viene el tabaco varían entre 70 y 80 pesos, dependiendo el sabor que se elija. “Cada caja puede durarte aproximadamente unas 5 horas continuas. Depende mucho del narguile y de su tamaño”.
Neme fue crítico con el informe de la OMS: “En los países árabes hay 700 millones de habitantes y casi no hay cáncer de pulmon. Allá el narguile se usa muchísimo y si fuera por lo que dice la OMS tendría que haber una tasa de muerte mucho más elevada. Además, el promedio de longevidad es mucho mayor”.
Como fumador activo, Javier Aceña dice que para él se trata de una experiencia relajante, donde se perciben sabores y aromas mucho más suaves y delicados.
“Diría que es un momento para disfrutar música, leer un libro o compartir con amigos en una charla. Es algo muy distinto del cigarrillo. Lo digo como fumador: mientras el cigarrillo puede ser algo mecánico y obsoleto, el narguile creo que es más una actividad sibarita que, sin dejar de ser nocivo, más allá de estar filtrado el humo por el agua fría, creo que todo el ritual del narguile está asociado al placer más que al vicio”, destacó.
En tanto, Andrés Caballero destacó que el narguile nunca lo llevó a fumar cigarrillos; de hecho, dice que detesta el olor que producen y que en cambio el tabaco que él consume perfuma su casa. “Yo no siento que me afecte. Hago deporte regularmente y hace poco me hice una ergometría y me dio perfecto. Para mí no es más dañino que un cigarrillo y tampoco creo que te genere adicción”, cerró.
(Fuente: diario Los Andes)
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