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Copa Libertadores: D’Alessandro llevó a River a una goleada histórica

En el Monumental, aplastó 6-0 al hasta ahora sorpresivo The Strongest y llegó al primer puesto del Grupo 1.  D’Alessandro, Nacho Fernández (2), Mayada, Mammana y Alario marcaron para el equipo de Gallardo.

Se sospechaba que algo iba a suceder. Se olía, se sentía. Entonces, el Monumental se convirtió en una de las tantas canchas de baby fútbol que el hombre pisó cuando era un chico. Frenó, saltó sobre la pelota, la pisó. Bailoteó. Tiró un caño, recibió el tacazo de Camilo Mayada y definió de puntín a la cueva, como para sacarse la mufa y darle rienda a la emoción.

Volvió D’Alessandro. Mandrake, que anotó el primer tanto desde su regreso al club, abrió la puertita del aplastante 6-0 sobre The Strongest, en el que se anotaron Ignacio Fernández (2), Mayada, Emanuel Mammana y Lucas Alario. D’Alessandro contagió a sus compañeros y River volvió al triunfo para ser líder del Grupo 1 de la Copa Libertadores.

Iban 13 minutos, como para recordar que tanto el Millo como el Cabezón venían perseguidos por nubes. Porque el equipo de Gallardo ya empezaba a sentir la molestia de los seis encuentros sin ganar. Y porque D’Alessandro, entre lesiones y rendimientos opacos, nunca había saboreado la victoria en los siete cotejos que llevaba disputados en esta era. Para despejar el panorama, el entrenador retornó a los orígenes, presentó un clásico 4-3-1-2, y el mediocampista –que también metió un pelotazo en el palo– rejuveneció.

El zurdo aportó la calma y el vértigo de sus compañeros recuperó el efecto sorpresa. Dueño absoluto del partido, el conjunto de Núñez mostró su mejor versión en el primer tiempo. La pelota viajó de un lado al otro y el golpe sobre el acelerador apareció en los momentos justos para quebrar al flojo elenco boliviano. Así fue cómo Mercado levantó la cabeza y metió el centro para el 2-0, marcado por Nacho Fernández a los 25 minutos.

Calcada, pero desde el otro costado, fue la jugada del 3-0: envío de Vangioni y aparición de Mayada a la media hora.

También hubo mérito de The Strongest, que para esa altura ya había entendido que su rol era secundario para permitir el lucimiento ajeno. A los 41, Mammana saltó solo en el área para mandar al fondo del arco un pase de D’Alessandro.

Y, antes del entretiempo, Mora le robó el balón a Maldonado y le cedió el honor de la media decena a Alario.

En un quieto complemento quedó tiempo para un festejo más de Nacho, que a los 37 anticipó a Castro y estampó el 6-0 con un tiro cruzado.

Y, por supuesto, hubo un ratito para que el público saludara a D’Alessandro, sustituido a los 27 minutos.

El reloj se detuvo. Volvió Andrés y River se levantó.

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