La ofensiva de los aliados fue lanzada el sábado a última hora sobre la vivienda de Trípoli en la que residía el joven y -según el portavoz oficial- tenía como objetivo al general libio.
«Querían asesinar directamente al líder de este país», dijo Ibrahim a la prensa, consignó la agencia de noticias DPA.
Según el portavoz, en el ataque también perdieron vida, además del hijo menor de Kaddafi, tres de sus nietos.
«Ya aquí rige la ley de la jungla. Pienso que es claro a todos que lo que está sucediendo en Libia no tiene nada que ver con la protección a los civiles», agregó al dar la versión oficial.
Saif al-Arab era el más joven y el menos conocido de los ocho hijos del coronel libio.
Estudiaba en Munich, Alemania, y desde que la crisis explotó mantuvo un perfil bajo.
Horas después del bombardeo, la OTAN confirmó el ataque, aunque no así las muertes de los familiares de Kaddafi.
«La OTAN ha continuado sus ataques de precisión contra las instalaciones del régimen militar (de Kaddafi) durante esta noche, incluyendo un ataque sobre un edificio de mando en el barrio de Bab al Azizia poco después de las 18.00 horas del sábado», señaló el teniente general Charles Bouchard, a cargo de las operaciones en el país norafricano, de acuerdo a la agencia Europa Press.
En ese marco, agregó: «Todos los objetivos de la OTAN son de naturaleza militar (…) no atacamos a individuos».
«Soy consciente de los informes sin confirmar publicados por los medios de comunicación que aseguran que algunos miembros de la familia de Kaddafi han fallecido en el ataque», dijo Bouchard y concluyó: «Lamentamos toda pérdida de vidas humanas».