Cuando faltan apenas 13 días para que se inicien las clases, las negociaciones salariales docentes empiezan a acelerarse. Ayer, el ministro de educación Esteban Bullrich se reunió con los cinco gremios con representación nacional. Y si bien no llegaron a un acuerdo, las partes coinciden en que hay “buena predisposición” y quedaron en volver a reunirse hoy, tras un brevísimo “cuarto intermedio”. La paritaria nacional tiene una importancia relativa, debido a que las escuelas y los salarios docentes dependen de las provincias. Sin embargo, es seguida con atención porque funciona como una referencia para el resto de los distritos, que aún deben negociar.
Además, este porcentaje puso un piso alto para el resto de las negociaciones salariales, cuando el Gobierno había dejado trascender que buscaba acotar el número a lo que plantea como la inflación final de 2016, en torno al 20% o 25%; una cifra que parece difícil de alcanzar, cuando los precios de enero subieron entre 3 y 4 puntos, y se esperan subas mayores para los próximos meses, por el impacto del tarifazo en la energía.
La propuesta del Gobierno nacional consistió en llevar el salario inicial docente (que actualmente está en $ 6.060) a $ 7.300 al 1 de febrero y a $ 7.800 al 1 de julio. Esto significa una recomposición de 20% y 29% respectivamente. La propuesta fue calificada de “insuficiente” por los cinco gremios, que reclaman un aumento de entre 35 y 40% para esa escala salarial. Aunque estaba previsto que se juntaran hoy a las 10.30, finalmente lo pasaron para la tarde.
Los gremios sí vieron como muy positiva la oferta del ministro Bullrich de mantener la paritaria “abierta”, de manera de ir contemplando qué es lo que sucede con la inflación durante 2016. “El ministro nos dijo que estaría de acuerdo con esta posibilidad. Vamos a poner toda la predisposición de nuestra parte para que empiecen las clases. Ahora el Gobierno tiene que honrar su palabra emprendida en campaña, cuando dijo que va a defender la educación pública y en especial a los docentes”, dijo a Clarín Roberto Baradel, secretario general del SUTEBA.
El dirigente gremial también resaltó el hecho de que Bullrich garantizó la continuidad de los planes educativos que vienen del gobierno anterior, como el Fines (finalización del secundario) y el Plan Nacional de Formación Docente, entre otros.
Lo que sigue muy distanciando aún es el número de la recomposición salarial. “No está cerrado el diálogo, todo lo contrario: hay buena predisposición. Pero es muy difícil que se inicien las clases con esta propuesta. No podemos ir a decirle a un docente que trabaje con estos números”, le dijo a Clarín María Lazzaro, secretaria Adjunta General de SADOP.
De las negociaciones con Bullrich participaron la Unión de Docentes Argentinos (UDA); la Asociación de Maestros de Escuelas Técnicas (AMET); el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop); Confederación de Educadores Argentinos (CEA) y la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera).
La reunión de ayer fue la tercera entre el ministro Bullrich y los gremios nacionales. La primera había sido en diciembre (al día siguiente de que Macri asumiera el Gobierno), y hubo otra en enero. Pero recién esta fue la primera en que se empezó a discutir la cuestión salarial, que antes sólo había sido contemplado por las comisiones técnicas.
En diciembre pasado, el Ministerio de Educación ya había subido el salario inicial en siete provincias –Misiones, Corrientes, Jujuy, Formosa, San Juan, La Rioja y Santiago del Estero–, que estaban aún por debajo de los $ 6.060.
Y ahora está abierta y caliente la pelea en la provincia de Buenos Aires: la gestión de María Eugenia Vidal ofreció menos de 25% y parece peligrar el arranque de clases. Macri ya lo dejó en claro en privado: le pidió que la suba para los docentes en su distrito no arranque con el 3.