Luego del papelón de Ghana, la Fragata Libertad hizo un único viaje de instrucción. Participó en el encuentro Velas Latinoamérica 2014, que le sirvió simplificar costos y hacer un “dos por uno”, al llevar a dos promociones de guardiamarinas en un solo viaje: los graduados de 2013 en el viaje de ida y los egresados de 2014, en el trayecto de vuelta. Fue un viaje acotado y sólo tocaron puertos americanos, desde Itajaí (Brasil) hasta Veracruz (México).

El año pasado hubo un último intento del gobierno kirchnerista de programar un viaje a China, Japón, India y otros países asiáticos, pero la iniciativa naufragó por razones presupuestarias. Incluso, en octubre de 2015, la Fragata Libertad sufrió un desperfecto, que la obligó a suspender un viaje local que había emprendido a Ushuaia, por lo que debió retornar a la base naval de Puerto Belgrano.

El miércoles pasado, finalizadas ya las reparaciones, la Fragata partió de Puerto Belgrano rumbo a Mar del Plata, al mando del capitán de navío Ignacio Martín Errecaborde, para efectuar las pruebas de máquinas y completar el alistamiento para el próximo viaje de instrucción. Mañana llega a Ushuaia y luego a Buenos Aires.

El verano pasado, en el inicio del año electoral, la Fragata Libertad sirvió de albergue a militantes de La Cámpora, que participaron del programa “Verano de emociones”, con festivales y actividades para los turistas en la Base Naval de Mar del Plata. Más allá de que el buque fue visitado por más de 300.000 personas, la experiencia no estuvo exenta de críticas por la utilización política del buque, que es considerado “un embajador argentino en el mar”.

Todos los detalles, incluidos los costos del viaje, están siendo analizados en la Armada y en el Gobierno para el próximo viaje de instrucción. Generalmente suben a bordo los guardiamarinas que cursan el último año en la Escuela Naval -unos 80 por promoción- y 280 tripulantes, además de unos 25 oficiales de la plana mayor.

El costo de volver a navegar por el mundo podría ascender a lo largo del año a unos dos millones de dólares, pero en el Gobierno creen que eso no será un impedimento. “No son los US$ 16 millones que cuesta alquilar el buque polar ruso Golovnin para la campaña antártica”, se atajan en el área de Defensa para dimensionar los gastos. También se recuerda que para el accidentado viaje que se interrumpió en Ghana, en 2012, se habían presupuestado US$ 4,5 millones. Pero los costos adicionales de la travesía elevaron finalmente el monto a US$ 7,8 millones, por la prolongación de la estadía y el alquiler de dos aviones para transportar a la tripulación.

La Fragata, cuya construcción insumió diez años y culminó en 1963, lleva recorridas más de 800.000 millas náuticas alrededor del mundo -el equivalente a casi un millón y medio de kilómetros-, y fuera de su apostadero pasó el equivalente a 17 años en el mar.

Se convirtió en un dolor de cabeza para el gobierno de Cristina Kirchner, cuando por un pedido del fondo NML Capital Limited a la justicia ghanesa fue retenida en el puerto en concepto de un embargo por 370 millones de dólares. Después de 77 días, la Corte Suprema de Ghana dictó una sentencia final favorable a la Argentina y determinó que el buque cuenta con “inmunidad absoluta respecto de medidas cautelares y embargos”.

Mientras el kirchnerismo se arrogaba el triunfo en la Justicia y celebraba con bombos y platillos el regreso de la embarcación, el entonces jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, cuestionaba la pomposa recepción en Mar del Plata, considerando que “había ocurrido un papelón internacional”.

Idas y venidas en altamar

2013

En enero regresó a la Argentina tras 77 días retenida en Ghana. El gobierno organizó una festiva recepción en Mar del Plata

2014

Hizo un único viaje de instrucción, hacia el encuentro Velas Latinoamérica 2014. Sólo tocó puertos americanos, desde Itajaí (Brasil) hasta Veracruz (México)

2015

En octubre sufrió un desperfecto que la obligó a retornar a la base naval de Puerto Belgrano, mientras viajaba a Ushuaia