El papa Francisco autorizó ayer la canonización de la Madre Teresa de Calcuta al confirmarse un milagro ocurrido con un enfermo brasileño, quien se sanó en 2008 cuando sufría un tumor terminal en el cerebro.
En 2002, el Vaticano reconoció un primer milagro atribuido a la intercesión de la religiosa, la curación de una mujer bengalí de 30 años, Monika Besra, que padecía un tumor abdominal.
El episodio confirmado ayer ocurrió en diciembre de 2008, cuando el paciente, inconsciente y en estado de coma, iba a ser intervenido pero, por razones técnicas, la operación debió postergarse.
Poco después, el médico regresó a la habitación del hombre, que por entonces tenía 35 años, y lo encontró sentado en su cama, plenamente consciente y preguntando por qué lo habían internado.
El paciente fue sometido a una batería de estudios, que concluyeron que la patología había desaparecido sin dejar secuela. El médico comentó que en sus 17 años de experiencia “nunca había visto un caso” parecido al de ese paciente de la ciudad de Santos, que fue el único que sobrevivió a un cuadro tan extremo.
La investigación de los expertos del Vaticano reveló que la esposa del enfermo era devota de la Madre Teresa de Calcuta, a quien le rezaba varias veces todos los días.
“Escuchamos a varios testigos, fue un proceso largo e intenso, hubo muchas audiencias y mucho trabajo”, declaró uno de los expertos, el sacerdote Caetano Rizzi. “Gracias a Dios todo este trabajo nos permitió llegar a la conclusión positiva porque los hechos son evidentes”, concluyó.
Esa fue la última señal que abrió las puertas de la santidad al “ángel de los pobres y de las periferias”, como diría el papa Francisco.
El Pontífice presidirá la canonización en septiembre próximo, en uno de los mayores eventos del Año Jubilar de la Misericordia.
“La Madre Teresa es un don sagrado de Calcuta, para la Iglesia y para la India”, se alegró ayer el arzobispo de Calcuta, monseñor Thomas D’Souza.
(Perfil)