Boston Dynamics cobró relevancia tiempo atrás, cuando Google decidió hacerse cargo de las operaciones. Desde ese momento, Atlas y Spot aparecieron en un sinfín de informes dadas sus particulares habilidades: caminar, correr y soportar golpes sin caerse, algo muy necesario para sortear obstáculos en el mundo real.
El primero en hacerlo había sido Spot, que con su forma de perro había mostrado sus habilidades para correr y soportar golpes de costado, sin caerse. Diseñado para rescates y transporte, el robot es ahora capaz de abrir una puerta gracias al agregado de un brazo en su estructura.
Atlas, acostumbrado a caminar por cualquier tipo de terreno dentro de laboratorios, acaba de mostrar su habilidad para hacer lo mismo pero en el mundo real, una de sus últimas pruebas para confirmar que podrá ayudar en prácticamente cualquier tarea de rescate.
Desarrollado junto a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA, en inglés), Atlas aún debe librarse del cable que le da energía. Con sus 1,8 metros de alto, el robot todavía no tiene las baterías necesarias para que su peso no exceda los límites pensados por sus creadores.
Olfato
Por otro lado, científicos japoneses diseñaron un robot de rescate capaz de detectar el olor humano en zonas de desastre, donde puede haber personas atrapadas bajo escombros, tierra o arena.
El equipo de investigadores comenzará a desarrollar el aparato el próximo mes con la intención de que su uso práctico empiece en 2020.
El grupo está formado por científicos de la Universidad de Tokio, la Academia de Ciencia y Tecnología de Kanagawa y la compañía química Sumitomo Chemical.
Los investigadores recurrirán a la habilidad de los mosquitos para distinguir el leve olor de la sudoración de animales y humanos para crear un pequeño sensor que instalarán en un dron o un dispositivo similar.
Los mosquitos poseen en sus antenas una serie de proteínas especiales denominadas receptores de olor que responden con una alta sensibilidad al hedor del sudor de las personas presente en el aire cuando están buscando una presa.
Los investigadores utilizarán genes de mosquito para sintetizar artificialmente estas proteínas e incorporarlas en un dispositivo eléctrico, adelantó el periódico japonés. El sensor será calibrado para responder si hay al menos una parte por millón (un 0,0001 %) de este olor de sudor en el aire.
En las operaciones de búsqueda y rescate es frecuente utilizar perros para encontrar personas desaparecidas. Sin embargo, los canes sólo pueden trabajar un tiempo limitado y, puesto que necesitan instrucciones de sus instructores, las labores pueden dificultarse en situaciones de alto riesgo.
«El mecanismo de los insectos para distinguir olores es más simple que el de los mamíferos y, por lo tanto, más fácil de manejar. Es adecuado para un sensor de pequeño tamaño», dijo Shoji Takeuchi, profesor de la Universidad de Tokio y líder del grupo de investigadores.
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