Hasta ahora las carcasas para los teléfonos móviles tenían solo dos objetivos: estético y protector. No obstante, la empresa de Singapur Oaxis, especializada en accesorios sin cables, ha descubierto un tercero al convertir su InkCase en una pantalla de tinta líquida que sirve como libro electrónico.
Ha conseguido así que los doce modelos de teléfono inteligentes para los que ha diseñado su producto (pronto se les sumará el iPhone 6) se transformen en un Yotaphone, el teléfono ruso que llamó la atención por ser el primero que incluye este tipo de pantalla en la parte posterior del aparato. «El concepto es similar», reconoce el director de Ventas de Oaxis, Hill Xian. «La diferencia es que nuestras carcasas cuentan con un procesador y pila propios, de forma que alargan considerablemente la duración de la batería del móvil», señala Xian.
Básicamente, la carcasa de Oaxis permite operar como si el móvil fuese un lector electrónico. «Primero hay que descargar dos aplicaciones: una sirve para sincronizarla a través de Bluetooth y la otra es un lector que varía en función de cada mercado, para que los usuarios tengan acceso a todo tipo de libros en su país. En China, por ejemplo, colaboramos con Ireader, que ofrece contenido en chino; y en Europa estamos ahora finalizando los acuerdos con diferentes compañías para que haya contenido en todos los idiomas. En definitiva, es un Kindle con muchas más funciones», explica Xian.
Una vez configurado el terminal, además de permitir la lectura incluso bajo el sol más cruel, la pantalla de tinta electrónica sirve para ver todas las notificaciones del celular, mostrar el tiempo o los correos electrónicos, e incluso recibir la información de diferentes aplicaciones deportivas. «La idea es que no haga falta estar desbloqueando el teléfono continuamente, porque la pantalla está siempre encendida», apunta el directivo. Lógicamente, la carcasa también funciona como carcasa, y para personalizarla se puede imprimir en ella cualquier fotografía o texto.
Sin duda, sorprende en el diseño del accesorio lo liviano y delgado que resulta. La mayoría de los modelos apenas pesan 50 gramos y añaden únicamente 4 o 5 milímetros de grosor al aparato. La pantalla de tinta electrónica es de cuatro pulgadas y tiene una resolución de 480 x 800 píxeles. Parece poco si se compara con el 2K que prolifera entre los buques insignia de los principales fabricantes de teléfonos móviles, pero el texto se lee con gran comodidad. La batería de 300 miliamperios-hora se carga mediante un microUSB y puede durar hasta una semana con un uso moderado.
Además, quien lo prefiera —y tenga un dispositivo Android— puede acoplar la segunda pantalla en una carcasa de tipo solapa, de forma que quede también en el frontal del aparato. «Eso permite en los móviles con sensor de proximidad activar la pantalla normal sólo con abrir la carcasa de tipo libro, lo cual termina revirtiendo en un ahorro de tiempo», señala Xian.
La carcasa se ha hecho realidad gracias a la campaña de financiación colectiva que lanzaron en Kickstarter. Estará disponibles para todos los modelos en septiembre (todavía solo han puesto en el mercado la primera remesa correspondiente al crowdfunding) y costarán entre 59 y 89 dólares, según el modelo de celular y de si se usa para pantalla trasera o libro.
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