Diez años atrás, en 1998, ese coche se llamaba Minardi y lo manejaba Esteban Tuero. Era sinónimo de retraso, de falta de medios y de velocidad, de amarguras y ausencia de resultados. En estos años, la escuadra de Faenza cambió dos veces de mano ?primero fue propiedad del controvertido millonario australiano Paul Stoddart y desde 2006 le pertenece en mitades iguales al magnate austríaco Dietrich Mateschitz y a su compatriota, el ex piloto Gerhard Berger- y ahora los coches de la ex Minardi se llaman Toro Rosso y son diseñados por Adrian Newey, el mismo ingeniero que diez años atrás, cuando Tuero penaba con el Minardi, pergeñaba los McLaren que ganaban los campeonatos del mundo. < ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Eran los tiempos en que Michael Schumacher no conseguía consagrar campeón a la Ferrari: diez años después, con Schumacher hiperretirado tras haber logrado su objetivo en cinco oportunidades, Alemania vuelve a adorar un ídolo en la Fórmula 1. Se sienta en la butaca que era de Tuero, tiene 21 años y 73 días, es el ganador más joven de la historia de la F-1 después de haberse quedado con el Grand Prix de Italia, en Monza, y se llama Sebastian Vettel.
Tiene algunas cosas de Schumacher: ya se exilió en Suiza, como el ex campeón, y aprovecha cada una de las conversaciones telefónicas semanales que mantienen ambos. El sábado, cuando marcó sorpresivamente la pole-position para el GP de Italia bajo la lluvia, reveló que dos semanas atrás se preparó para una condición similar ?teniendo en cuenta el Grand Prix de Bélgica, que suele ser lluvioso? en la pista de karting que es propiedad de Schumacher, en Kerpen, Alemania. Llovió en Bélgica, y Vettel terminó quinto, pero también en Italia, donde, según el propio Schumacher, «estuvo absolutamente genial».
Schumi miraba la carrera desde el box de Ferrari, pero hacía los cuernitos por su compatriota, cuyo Toro Rosso era empujado por un motor Ferrari. «Sebastian no se inquietó por nada, ni por las condiciones meteorológicas ni por los cambios de estrategia», lo elogió el ex campeón. Los alemanes quieren verlo como su sucesor, pero Schumacher señaló que «todavía es pronto para hablar de eso, aunque tiene el potencial para ir en esa dirección y para alcanzar ese objetivo. Sin embargo, hasta entonces queda mucho camino por recorrer».
Antes de decidir si Vettel será el nuevo Schumi, al menos hay que admitir que ya ha reescrito algunas páginas en los libros de la historia de la Fórmula 1. En 2007, el año de su debut en la máxima categoría del automovilismo mundial, se convirtió en el piloto más joven en sumar un punto. El sábado extendió la marca al conseguir la pole-position.
Ahora desplazó a Fernando Alonso como el volante más joven en ganar un Grand Prix, un record que el español conservaba desde 2003 al vencer en el GP de Hungría con 22 años y 26 días. Los germanos recuerdan que, habiendo cinco pilotos de esa nacionalidad en la F-1 actual, es el primer alemán que gana un Grand Prix desde la última victoria de Schumacher, en China, en octubre de 2006.
A Vettel lo favoreció una largada ordenada con auto de seguridad ?en fila india, sin que le disputaran la vanguardia? y la posibilidad de circular sin spray durante las primeras vueltas, consolidando la ventaja sobre los rivales. Claro que manejaba uno de los autos del segundo (o tercer) pelotón y a medida que la pista se secaba y se ponía resbalosa, crecían las probabilidades de cometer errores, en los que el joven Vettel nunca incurrió.
«Largar desde la pole fue clave para dominar la carrera, ya que la visibilidad era muy pobre durante la primera parte. Ser primero y no tener problemas de visibilidad fue la clave», admitió el vencedor. «Conseguí una buena ventaja y después anduve fuerte, a veces por encima del límite. A mitad de carrera la pista estaba muy difícil, ya que había poca agua y el asfalto estaba muy resbaladizo.»
Nacido el 3 de junio de 1987 en Heppenheim, mientras Tuero le calentaba la butaca el chico Vettel iba a la escuela primaria. Campeón europeo de karting en 2001, tiene 20 Grand Prix en la Fórmula 1. No es la primera vez que sorprende. BMW lo designó tercer piloto en 2006, cuando los suplentes podían participar de las prácticas de los viernes, y Vettel hizo abrir los ojos cuando marcó el mejor tiempo de las prácticas en Turquía; quince días más tarde repitió la gesta en Monza. Pudo correr su primer Grand Prix el año pasado, después de que Robert Kubica se accidentara en el GP de Canadá.
La siguiente carrera era Indianápolis: devolvió la confianza terminando octavo, convirtiéndose de paso en el piloto más joven en sumar puntos para el Mundial, a los 19 años y 349 días. Se sumó a la escuadra Toro Rosso para su segunda carrera, en Hungría, y rondó el podio en Japón. Este año fue quinto en Mónaco y en Spa, y el año que viene conducirá para la escuadra Red Bull. Aunque, dado su origen y el tamaño de su consejero, a nadie le sorprendería que Sebastian Vettel sea, a mediano plazo, el próximo alemán de Ferrari.
¿Casualidad? El mismo día de su consagración, Tuero corría una Ferrari? pero de Gran Turismo. Terminó octavo. «Es todo lo que podemos hacer con este auto» dijo en Brno, República Checa, tras la carrera. Parece una declaración de Esteban de diez años atrás. Y justo ahora que Minardi gana en Fórmula 1?
Por Pablo Vignone
Fuente: Carburando