Kobijo es una aplicación para celulares para prevenir el abuso sexual infantil. Básicamente, lo que le permite al niño es tener información sobre lo que constituye abuso para poder identificarlo a través de un juego que evoluciona según la edad del niño, y a la par sirve para establecer un grupo de contactos de alta confianza a los que recurrir en caso de sufrir este tipo de ataques, por fuera de su familia nuclear, en vistas a que la mayoría de los abusos son intrafamiliares. Además, tiene un módulo de georreferenciación para poder conocer dónde está el niño durante la jornada.
Leandro Ferrón es investigador del Conicet y quién desarrolló la idea. Al difundirla hace un par de meses, encontró apoyo en la empresa Celer Internet, propiedad de otro mendocino, José Luis Vanella. Esta asociación entre ambos derivó en que el próximo 1 de junio esté el prototipo de la aplicación en una plataforma inteligente, de donde se podrá bajarla gratuitamente.
Pero Vanella agregó la posibilidad de hacer un sistema de seguridad más amplio, que incluye a los miembros de la familia y al hogar, con un sistema de alertas codificadas.
Ferrón explicó “ existen aplicaciones a nivel mundial para que los papás controlen a los chicos a distancia, pero esto no siempre es eficiente. Entonces, Kobijo, a través del juego, instruye al chico a generar actitudes para cuidarse. Entonces el juego le permite identificar lo que pasa; por ejemplo, que sepa que si le tocan la cola, eso está mal. Le enseña las partes del cuerpo privadas”.
Otra ventaja de la aplicación, según Ferrón, es que ayuda a dialogar en la familia de estos temas que muchas veces no se sabe cómo abordarlos”, explica el investigador.
La aplicación, una vez integrada al celular, pide un perfil del niño y su entorno porque no todos los chicos pasan por estas situaciones. Pero tienen más probabilidades las nenas que los nenas, los discapacitados, los que tienen padres que pasan mucho tiempo fuera de casa y quedan al cuidado de un tercero. Luego de identificar al entorno inmediato, se solicita ampliarlo con personas de alta confianza: una maestra, la mamá del amigo vecino, alguien que está dispuesto a ayudarlo si está en peligro”, detalla Ferrón.
Otro efecto de la publicación de su trabajo es que muchas redes a nivel nacional que trabajan para visibilizar el abuso sexual. Se sumaron al proyecto La metamorfosis de la mariposa, La marcha de las putas y Adultos por los derechos infantiles , todos de la provincia de Buenos Aires.
Para mayor información, se puede consultar la página de la organización Kobijo.org.ar, donde hay información ampliada.
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