Según la policía local, la intimidación llegó por teléfono y advirtió por un paquete sospechoso en el interior de un casillero. Inmediatamente recibida dicha advertencia, se decidió evacuar la Estatua y el resto de la Isla.
La policía continúa trabajando intentando rastrear la llamada y dar con los autores de la amenaza. Además, trabajan perros entrenados para detectar bombas dentro del lugar.
No hay una cifra exacta de la gente que fue evacuada, pero se estima que fueron cientos de personas las que se encontraban en ese momento en el lugar turístico, uno de los más importantes de Estados Unidos.
La Estatua, que estuvo cerrada más de seis meses entre noviembre de 2012 y julio de 2013, recibe a más de tres millones de turistas en el año.
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