La cantante e intérprete riograndense, Casiana Torres visitó la ciudad de Santa Rosa (La Pampa) con un repertorio del cancionero folclórico argentino.
El encuentro se llevó a cabo a las 22:00 en El Social Barclub -Alvear 42-. La acompañó el guitarrista Martín Castro quien, además, es el director musical del tercer disco de la artista, que se encuentra en período de grabación en Mendoza. También estuvieron en el escenario, los músicos locales Pamela Pratts, Juan Cruz Santajuliana, Camilo Camiletti, Martín Santajuliana y Sylvia Zabzuk.
Casiana nació en Tierra del Fuego y actualmente vive en Buenos Aires. Su repertorio está atravesado por el cancionero folclórico nacional, y entre esas canciones grabó una obra del pampeano Roberto Yacomuzzi. No es la primera vez que llega a La Pampa, pues ya estuvo cantando en un homenaje a Juan Carlos Bustriazo Ortiz, y en otras localidades como Victorica. Conoce y se considera amiga de Yacomuzzi, Edgar Morisoli, y otros autores como Sylvia Zabzuk. «Me gusta la música de La Pampa, es muy importante que haya milongas y huellas en los discos de folclore argentino», dijo Casiana en una entrevista.
«El repertorio es totalmente de raíz folclórica, con temas de alta calidad», explicó. «Soy cantora, intérprete, no compositora… me parece que es importante la figura del intérprete porque tiene que hacer llegar al público lo que quiere decir el autor».
Raíz.
Casiana comenzó a cantar a los 5 años cuando vivía junto a sus padres en Río Grande, Tierra del Fuego. «Cantaba las canciones que se escuchaban en el vinilo de mi casa. Tengo esa imagen, Río Grande, el viento, mi madre cocinando, mi padre con la guitarra y yo cantando. Todo eso ha sido mi gran escuela, me gusta mucha otra música, como el tango, pero mi canto está atravesado por el folclore», contó la artista.
Dos años antes de terminar el secundario en el polivalente de arte Casiana se fue a vivir a Buenos Aires. «Fue una interrupción de un proceso, porque estábamos muy felices de tener ese espacio. Ahí encontrábamos una libertad que era fantástica. A mí me sostuvo la cultura, estudié arte dramático, escritura, danza, tango. Trato de aprovechar Buenos Aires en ese sentido. El arte dramático me sirvió mucho, no lo utilizo para interpretar, pero esa formación está en mí para poder decir lo que yo quiero decir», explicó.
Una vez en la gran ciudad, decidió estudiar canto y encontró una profesora que terminó siendo su madrina artística y el gran apoyo para emprender la carrera de intérprete. «Fue un antes y un después porque todo lo que ella me enseñó fue de mucha generosidad. Yo iba a estudiar canto pero no tenía conciencia de que podía abrazar el canto como algo profesional».
Así fue como llegó el primer disco, y luego la idea de grabar un segundo material, recogiendo canciones durante la gira. Todo ese periodo la llevó a construir «Del fuego a la raíz» que es un disco hecho para Tierra del Fuego. «Yo soy fueguina a donde vaya, es lo que me hace soñar, lo que me hace ilusionarme; ser de un lugar, por más que no viva ahí es una cosa muy fuerte. Sentís que hay algo que ya es tuyo y te va a permanecer siempre».
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