Uno de los problemas más habituales existentes en las carreteras es la presencia de baches, que suponen un peligro para la conducción, y un daño al sistema de amortiguación de nuestro vehículo. A pesar de que cada día las carreteras que nos encontramos están en mejor estado, todavía sigue siendo habitual la presencia de estos molestos hundimientos, cuyo arreglo se demora en el tiempo al precisar el uso de unos recursos (materiales y económicos) no siempre disponibles.
Para solucionar este problema, leemos en la interesante web blogingeniera.com que unos ingeniosos estudiantes de Cleveland han patentado un sistema que permite cubrir los baches, y evitar el peligro del paso de los vehículos, de una forma muy rápida y económica.
Su original iniciativa se basa en el uso de los «fluidos no-newtonianos», que son aquellos cuya viscosidad varía con la temperatura y la tensión que se les aplica (pudiendo ofrecer un comportamiento de líquido a sólido, en función de la interacción recibida).
Su original iniciativa se basa en el uso de los «fluidos no-newtonianos», que son aquellos cuya viscosidad varía con la temperatura y la tensión que se les aplica (pudiendo ofrecer un comportamiento de líquido a sólido, en función de la interacción recibida).
Esta característica, como bien han visto los estudiantes, permite convertirlos en un elemento idóneo para cubrir temporalmente los baches ya que, si pasa un vehículo (debido a la presión que ejerce) su comportamiento sólido ofrece la estabilidad necesaria, mientras que en estado normal, el líquido rellena por completo los huecos del bache.
Partiendo de esta idea basada en el conocimiento de los fluidos, y tras diferentes pruebas que permitieron obtener la formulación perfecta, se comprobó que la mejor manera de utilizar este sistema para tapar los baches era a través de sacos impermeables de fibra de aramida (porque si se colocaran directamente en los baches, podrían terminar infiltrándose), que podrían llevar los responsables de garantizar el perfecto estado de las carreteras, para evitar la presencia de baches.
Partiendo de esta idea basada en el conocimiento de los fluidos, y tras diferentes pruebas que permitieron obtener la formulación perfecta, se comprobó que la mejor manera de utilizar este sistema para tapar los baches era a través de sacos impermeables de fibra de aramida (porque si se colocaran directamente en los baches, podrían terminar infiltrándose), que podrían llevar los responsables de garantizar el perfecto estado de las carreteras, para evitar la presencia de baches.
De esta forma, en cuestión de minutos se podría solucionar cualquier hueco existente en la carretera, ofreciendo un mecanismo ideal que mejora enormemente la seguridad de la vía, al menos hasta que se pudiera proceder a arreglar de forma tradicional el pavimento.
A pesar de que las pruebas ya realizadas han sido un éxito, toca ahora comprobar si este invento puede servir también en circunstancias climatológicas adversas, porque en circunstancias óptimas ya se ha comprobado su gran utilidad.
Podemos ver a continuación un vídeo del funcionamiento in-situ de este original sistema de tapado de baches:
A pesar de que las pruebas ya realizadas han sido un éxito, toca ahora comprobar si este invento puede servir también en circunstancias climatológicas adversas, porque en circunstancias óptimas ya se ha comprobado su gran utilidad.
Podemos ver a continuación un vídeo del funcionamiento in-situ de este original sistema de tapado de baches:
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