Berlingieri murió en la tarde del domingo, a los 86 años, en el sanatorio Colegiales donde estaba internado desde una semana antes por un problema respiratorio que se adosó a las deficiencias cardíacas que arrastraba desde hace ocho años.
Tras un breve y fugaz velatorio, sus restos fueron cremados en el Cementerio de la Chacarita y las cenizas, por expreso pedido del músico, serán esparcidas en el mar, contó a Télam el contrabajista Daniel Falasca, uno de los instrumentistas que lo secundó en los últimos años.
En su extensa trayectoria profesional que comenzó a los 15 años en el cabaret Charleston, de La Boca, además tocó música tropical, fue director musical en vivo de la española Nati Mistral y, en materia específicamente tanguera, se amoldó a los diferentes pulsos de Héctor Varela, Edgardo Donato, Lucio Milena, Héctor Stamponi, Emilio Balcarce y Atilio Stampone, entre otros.
En pareja con Leda Verlini desde 1953, a quien conoció en el barco en el que ella viajaba desde su Italia natal y él volvía de una actuación en Bagdad, el músico no ocultaba que su máxima expresión la alcanzó entre 1957 y 1968 como integrante del grupo de “Pichuco”.
Pasada la época dorada del género en Buenos Aires, en los 80 fue parte del numeroso elenco de “Tango argentino”, la compañía también integrada por José Libertella, Juan Carlos Copes, María Nieves y Raúl Lavié, por citar solamente a algunos, que impulsó un auge internacional de la música ciudadana y su danza en buena parte del mundo.
En esa clave global, en 2005 participó con las grabaciones de “Tierra querida” y “A mis viejos” en el par de álbumes “Café de los Maestros» producidos por Gustavo Santaolalla y que obtuvieron el Grammy Latino.
En los últimos años, Berlingieri se unió a jóvenes y talentosos músicos como el citado Falasca (contrabajo), Pablo Agri (violín) y Horacio Romo (bandoneón), a quienes se sumaba ocasionalmente el pianista Christian Zárate para suplir alguna ausencia del veterano.
El artista nacido en Haedo el 20 de febrero de 1928 expresó su estilo riguroso y libre a la vez como integrante del Trío Los Modernos, el Cuarteto Los Notables del tango (con Leopoldo Federico en bandoneón, Leo Lipesker en violín y Omar Murtagh en contrabajo) y también en el dúo que durante más de cuatro décadas sostuvo con el bandoneonista Ernesto Baffa.
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