El primer acercamiento de Carlos Sainz a la competición de resistencia en circuitos no pudo ser más positivo. El madrileño, haciendo equipo con Giniel de Villiers, Dieter Depping y Hans Stuck, al volante de un Volkswagen Scirocco, se subió al podio en su categoría (reservada para vehículos con motor turbo de dos litros) en las 24 Horas de Nurburgring, terminando además decimoquinto en la clasificación general absoluta.
El equipo de Sainz completó un total de 136 vueltas, dos menos que otro de los Scirocco presentados por su marca en Nurburgring, y en el que también pilotó Hans Stuck, que hizo doblete en un trazado que conoce mejor que nadie.
La prueba se vio alterada por la lluvia en diferentes fases, por lo que se convirtió en un complicado desafío del que Sainz salió satisfecho: «Esta carrera ha superado todas mis expectativas. Especialmente por el trazado, pero también por la cantidad de aficionados que se acercan y por lo divertido que es el coche. Si surge la posibilidad, me encantaría regresar el año que viene».
Más de 200.000 personas disfrutaron de la prueba en directo en el Infierno Verde, que por tercer año consecutivo vivió un dominio de los Porsche. La victoria fue para el 911 GT3 de Timo Bernhard, Marc Lieb, Romain Dumas y Marcel Tiermann. Otros dos vehículos de la marca de Stuttgart coparon el podio absoluto.
En la carrera participaron un total de 219 vehículos de toda condición, desde coches clasificados como GT1 a un Opel Corsa. Además de Sainz o De Villiers hubo muchos más nombres ilustres, como el de la campeona del Dakar Jutta Kleinschmidt, el diseñador de circuitos Hermann Tilke -éste al volante de un Lamborghini Gallardo-, o Jorg Muller y Augusto Farfus, pilotos del Mundial de Turismos que compartieron un BMW 320d con el que terminaron justo por delante del español.
Fuente: As