La “alianza integral” de Cristina Kirchner con China genera diferentes reacciones entre los posibles gabinetes económicos que podrían heredarlos en caso de llegar al gobierno. Unos quieren revisar todo. Otros lo creen un salto al desarrollo.
Miguel Bein, economista de cabecera de Daniel Scioli, uno de los precandidatos del Frente para la Victoria, le da el visto bueno a la relación con Oriente. En diálogo con PERFIL, enfatizó que “China es el principal comprador del país, por lo que considero que tener financiamiento a largo plazo para proyectos de energía es un beneficio, no entiendo cómo se podría pensar lo contrario”, y agregó: “Todos los créditos comerciales que dan otros países son para la compra de maquinaria de los respectivos países, es siempre así”.
En tanto, Martín Redrado, economista del equipo de Sergio Massa, apuntó que, si bien había trabajado para fortalecer la relación entre los dos países en su paso por el Banco Central en tiempos de Néstor Kirchner, especialmente en la primera visita que el ex presidente realizó al gigante asiático, “la relación con China se ha distorsionado”. “La situación que tenemos de pocos dólares y muchos pesos, a la que llegamos por impericia, nos pone en un lugar en el que se les da ventajas innecesarias que generan preocupación. Hay que ver la letra chica de los contratos para poder revisar los costos, porque deberíamos alcanzar una relación complementaria, no de otro tipo”, apuntó.
Por su parte, Javier González Fraga, de las filas de UNEN, más crítico, comparó: “Los acuerdos que se están firmando con China son peores que el pacto Roca-Runciman del 30. Estamos pagando sobreprecios en locomotoras, dando concesiones de soberanía en Neuquén, pagando tasas altísimas para importar productos, afectando a nuestra industria. Venderles sólo soja no nos sirve de nada, sólo destruye empleo”. Asimismo, aclaró que “hay que venderles leche y otros productos. Esta situación es el resultado deno contar con acceso al crédito porque, después de diez años que pasaron desde el canje de deuda, no se pudo resolver el problema”.
En el macrismo, Carlos Melconian evitó dar definiciones contundentes. Aseguró que aún es necesaria más información sobre los contratos y la letra chica de cada uno de ellos para “poder saber si serán o no una carga para la próxima gestión. Sobre esa información tendremos que trabajar en los próximos meses”.
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