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Los Dioses de Agua» se exhibe en el Festival Iberoamericano

La película “Los Dioses de Agua”, la primera coproducción entre Argentina, dirigida por Pablo César y protagonizada por Juan Palomino, será exhibida en el marco del Festival de Cine Iberoamericano en Addis Ababa.

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El filme de César busca poner en evidencia los profundos lazos culturales entre la Argentina y África, e investiga distintos mitos de culturas milenarias que atribuyen el origen del hombre a seres extraterrestres.

Con las actuaciones de Charo Bogarín y Boy Olmi, además de un gran elenco formado por actores argentinos, angoleños y etíopes, la nueva película de César fue filmada en distintos lugares de Angola y Etiopía, y también en diversas locaciones de la ciudad de Buenos Aires, como la Manzana de las Luces, la reserva ecológica de la costanera sur y el Teatro Cervantes.

César -quien filmó otras películas en Malí, Túnez, Benín y Cabo Verde- indagó en esta película en misterios de las cosmogonías de los pueblos Dogon y Tchokwe, traídos a América por los hombres llegados aquí como esclavos.

El rodaje de «Los Dioses del Agua» se desarrolló en distintas geografías de Lunda Norte y Malange, en Angola, especialmente en la zona de las Cataratas de Kalandula y en las Piedras Negras de Pungo Andogo, y en Atxum y Lalibela, en Etiopía, en antiguos monasterios coptos y en una zona de obeliscos milenarios.

El título del filme surge del nombre de unos seres acuosos que -según coinciden el Génesis bíblico y la cultura sumeria- vinieron a la Tierra desde el espacio trayendo el lenguaje, «seres anfibios que llegaron a crear al ser humano, según los relatos y los mitos que también serán indagados en la película», explicó César.

«Los Dioses del Agua» sigue los pasos de Hermes (Palomino), quien durante 20 años se dedicó a la investigación de antiguas culturas y a la comparación de sus respectivas cosmogonías, y que además prepara una obra teatral inspirada en el mito Dogon que plantea la existencia humana como el resultado de un experimento realizado por seres de otros mundos.

Un día Hermes conoce a Oko, un joven de Angola que está en Buenos Aires para estudiar la historia de los afrodescendientes, pues un sueño recurrente lo trae a este país: en un túnel unos esclavos africanos se encuentran engrillados y se habla el español.

A partir de este encuentro, el protagonista hallará la forma de llegar al África a estudiar culturas primitivas que aún hoy llevan en forma oral conocimientos milenarios, y en ese viaje iniciático tendrá una visión reveladora que lo llevará a expandir su conciencia y obtener la reconexión de lo que él estaba esperando.

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