El drone fue creado por Alec Momont, un holandés de 23 años graduado de la carrera de Ingeniería. Compuesto por un desfibrilador, el artefacto puede volar hasta 100 kilómetros por hora. Está pensado para que, ante una emergencia, llegue antes que una ambulancia.
«Alrededor de 800.000 personas sufren un ataque cardíaco en la Unión Europea cada año y sólo un 8 por ciento sobrevive», explica Momont. «Muchas veces, esto se debe a la espera de los servicios de emergencia, que tardan 10 minutos, mientras que la muerte cerebral y la fatalidad ocurren entre los 4 y 6 minutos», agrega.
De acuerdo con su creador, el drone puede llevar el desfibrilador a un paciente en pocos minutos, aumentado las chances de sobrevivir del 8 al 80 por ciento. Con un sistema de geolocalización, rastrea dónde está el teléfono móvil que hizo la llamada de emergencia y se traslada hasta allí.
El artefacto cuenta con un micrófono y una cámara para permitir, una vez que el drone llegue al lugar donde está la víctima, que el personal médico dé instrucciones a quienes estén con ella para que logren usar el desfibrilador.
El prototipo del aparato ya atrajo la atención de los servicios de emergencia de Ámsterdam, según la prensa holandesa.
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