De sus ventajas destacan, su considerable ahorro energético, facilidad de encendido y apagado, y su mayor vida útil. Además, no contienen mercurio, y la duración de las lámparas que utilizan esa tecnología (duran hasta 100.000 horas), es mucho mayor que las bombillas tradicionales (1000 horas las incandescentes y 10.000 horas las fluorescentes).
Fueron los profesores japoneses Isamu Akasaki e Hiroshi Amano, de la Universidad de Nagoya (Japón), y el estadounidense de origen japonés, Shuji Nakamura, de la Universidad de California en Santa Barbara, California, Estados Unidos, quienes inventaron los diodos de emisión de luz azul que han permitido las fuentes de luz blanca de ahorro energético.
Por ello, los tres expertos recibieron el Premio Nobel de Física 2014.
Los trabajos desarrollados por estos científicos han dado lugar a “una nueva luz para iluminar el mundo, más eficiente y respetuosa con el medio ambiente al ahorrar energía, que se inscribe en el espíritu de Alfred Nobel de hacer inventos que generen un gran beneficio a la humanidad”, explicó el jurado al hacer público el reconocimiento.
“Las bombillas incandescentes iluminaron el siglo XX; el siglo XXI será iluminado por lámparas LED”, dijeron especialistas de la Real Academia Sueca.
“Puesto que alrededor de una cuarta parte del consumo mundial de electricidad se utiliza para fines de iluminación, los LED contribuyen al ahorro de recursos de la Tierra”, resaltó el comité Nobel.
“Los LEDs rojos y verdes están en uso desde hace años, pero los azules estaban faltando”, señaló Per Delsing, presidente del Comité Nobel de Física durante la ceremonia de anuncio del premio.
“Si uno combina esos colores obtiene luz blanca. Eso es algo que Isaac Newton mostró ya en 1671. Gracias a los LED azules, podemos tener ahora fuentes de luz blanca, que tienen una eficiencia energética elevada y una vida útil muy larga”, aseveró.
La iluminación con esta tecnología se consiguió hacia los años 60 del siglo pasado, pero solo con colores rojo o verde. A pesar de los esfuerzos realizados por la comunidad científica internacional, debió pasar mucho tiempo hasta que en los años 90 los recién galardonados pusieron a punto los diodos para emitir luz azul.
Es la combinación de los tres colores la que permitió fabricar las luces que ya muchos utilizan en sus viviendas.
Bosón de Higos
En 2013, el Nobel de Física recayó sobre el escocés Peter Higgs y su colega belga Francçois Englert, los padres del bosón de Higgs, la partícula elemental que confiere masa a todas las partículas del Universo y que reafirma el Modelo Estándar de la especialidad.
Sus autores también fueron galardonados con el Hallazgo del Año de la revista Science y el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica. Vale destacar que desde su implementación en 1901 hasta 2013, solo dos mujeres recibieron el Nobel de Física. La primera fue Marie Curie, quien en 1903 lo compartió con su esposo Pierre y Henri Becquerel. En 1963, lo obtuvo la estadounidense Maria Goeppert-Mayer. Cada año los Comités Nóbel solicitan a científicos, académicos y universitarios de todo el mundo las propuestas de candidatos para los premios, las que deben recibirse antes del 1 de Febrero. Luego cada Comité entrega sus informes y recomendaciones a las instituciones adjudicadoras.
En la primera decena del mes de Octubre se conoce el nombre de los galardonados. Los premios pueden ser repartidos como máximo entre tres personas. Todo el proceso termina el 10 de Diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel, fecha en que se entrega el reconocimiento.
Naiviv M./ Prensa Latina
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