«Quiero seguir cantando hasta que Dios me diga basta, porque esa es mi vida desde que tengo 16 años», sostuvo Podestá, quien disfruta de este homenaje que comenzó el martes y que mañana corona junto a José Pepe Colángelo, Guillermo Fernández, el bandoneonista Carlos Buono y Ariel Ardit, entre otros.
«En la Usina de la Boca voy a encontrarme con grandes amigos que hemos actuado en distintos escenarios y también con otros más jóvenes que hacen que el tango siga vivo y nos representa en todo el mundo», expresó el hombre que fue íntimo amigo de Julio Sosa y desde niño era conocido como «Gardelito».
Las Bordonas, trío de guitarras junto al que hace tres años grabó «Alta Gama» – álbum que marcó vuelta al ruedo discográfico tras 15 años sin grabar-, Claudio Garcés, y los bailarines Elsa y Julio Dupláa y Gachi Fernández y Claudio González, también acompañarán a Podestá en el concierto.
A sus 90 años sigue recorriendo los escenarios más importantes de Buenos Aires y del interior del país, y acaba de registrar un disco con arreglos y dirección de Carlos Buono.
«El tango nació conmigo, yo canto desde que me parió mi madre, canto con lo que tengo»
Nació en San Juan el 22 de septiembre de 1924 y dio sus primeros pasos en la profesión a los 15 años en la orquesta de Miguel Caló, en 1942 se sumó a la orquesta de Carlos Di Sarli, con quien grabó éxitos como «Al compás del corazón» y «Nada».
Más tarde fue solista de Pedro Laurenz hasta que en 1945 pasó a ser la voz de Francini-Pontier para grabar canciones como «Que me van a hablar de amor» y el vals «El hijo triste», a dúo con Julio Sosa. A lo largo de su vida grabó unas 500 piezas.
Aunque no fue tarea fácil, nunca abandonó su oficio y vivió del canto y, a pesar de haberse sentido desvalorizado -«no he tenido la suerte de otra gente, todos los trabajos que hice en mi vida los hice por mí mismo», dijo en 2011- hoy disfruta de un reconocimiento inaudito.
«Me siento muy emocionado por todos estos homenajes por mis 90 años y por los 74 de actuaciones, así que no puedo ser más que un agradecido a dios y a la vida de todo lo que me dio», contó emocionado el cantante, reconocido por sus grandes versiones de «Alma de bohemio», «Percal» y «Nido Gaucho».
Los festejos continuarán en un circuito de milongas donde todas las noches los bailarines recrean los tangos que grabará con las grandes orquestas de los años 40.
Esta noche, en la víspera de los 90, cantará en la milonga Viva La Pepa en el Club Villa Malcom. (Córdoba 5064) , y el martes 23 cantará en la milonga Canning (Sclabrini Ortiz 1331) con Julián Hermida en guitarra y Matías Feigin en piano. Mientras que el sábado 27 actuará en el marco de los festejos de los 20 años de La Viruta, el domingo 12 de octubre cantará en Rosario dentro de encuentro organizado por la milonga de la Roja Mateos.
Su cálido y sentimental modo de interpretar lo llevó a mostrar el arte tanguera en todo el mundo. Fue declarado «Ciudadano Ilustre de Buenos Aires» y «Personalidad Destacada de la Cultura», participó del proyecto «Café de los maestros».
«Una de mis más grandes satisfacciones fue el haber participado en esa película y en el disco ‘Cafe de los maestros’ con tantos amigos de la vida y de los escenarios», subrayó.
Con esa historia como aval, Podestá define al tango como «el sentir del pueblo argentino. Nosotros tenemos mucho sentimiento, estamos dispuestos para todos y en otros países no están dispuestos para nosotros. Los argentinos somos más sentimentales».
En relación a los maestros que marcaron su vida, dijo: «No puedo dejar de mencionar a Miguel Caló, quien me dió la primera oportunidad siendo un mocoso, y después Di Sarli, Mafia y todos los que dirigieron orquestas históricas para el tango argentino».
«El tango nació conmigo, yo canto desde que me parió mi madre, canto con lo que tengo», concluyó.
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