La NASA ha probado con éxito dos inyectores de cohete creados a través de la impresión 3D. Estas piezas, que pasaron el test en el Marshall Space Flight Center (Estados Unidos), contienen una poderosa mezcla de nitrógeno líquido e hidrógeno para producir una combustión que puede alcanzar temperaturas superiores a 3.300ºC y generar más de 20.000 libras de empuje.
El proceso, tal y como lo explican los expertos, suena bastante simple: el diseño de los inyectores se introduce en el ordenador de una impresora 3-D y la impresora construye cada parte a través de un proceso conocido como fusión selectiva por láser.
«Queríamos dar un paso más allá y demostrar cómo la impresión 3-D puede revolucionar los diseños de cohetes», ha indicado el director de la Dirección de Ingeniería del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, Chris Singer, informa la NASA.
Con los métodos de fabricación convencionales, los inyectores de cohetes requerirían la creación y montaje de 163 piezas individuales; con la impresora 3-D se reduce a sólo 2 piezas. Además, este no sólo supone ahorro de tiempo y dinero, sino que también proporciona menos probabilidades de fracasar que una pieza de construcción tradicional.
Con estas pruebas, la NASA busca avanzar en esta nueva tecnología para hacer todos los aspectos de la exploración espacial más rentables.
De hecho, la agencia espacial ya trabaja en probar una impresora 3-D en la Estación Espacial Internacional (ISS) donde puede ser de gran utilidad para su tripulación, tanto para su día a día, como para las investigaciones científicas. También está estudiando la posibilidad de imprimir alimentos para las misiones espaciales de larga duración.
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