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«Nadie quisiera vivir en un país corrupto, con una inflación desmesurada y con inseguridad»

El líder de Carta Abierta Horacio González reconoció que hay una «redefinición de los límites del Gobierno». Cuestionó el nombre de la secretaría que comanda Forster y admitió que le «duele Boudou».

Gonzalez Horacio

Al frente del colectivo de intelectuales Carta Abierta, Horacio González se cuenta entre las voces más moderadas del grupo que a diario refrenda su apoyo a las políticas kirchneristas. De hecho, no oculta el pesar que le representa ser el titular de la Biblioteca Nacional: «Prefiero volver al rol de intelectual, Me genera una carga ser funcionario, pero no puedo dar un paso al costado, tengo un compromiso».

El sociólogo brindó una entrevista a la revista Noticias en la que dio una muestra de una visión crítica de ciertos aspectos de la coyuntura difíciles de oír de boca de otros de sus colegas. Concedió que existe un cambio de rumbo en el manejo de la economía, que le preocupan la corrupción y la inseguridad y definió a la situación de Amado Boudou como una «tragedia nacional».

«No veo un ajuste a la manera de los que se hicieron en la Argentina, pero hay redefiniciones respecto a los límites que tiene el Gobierno que pueden dejar frustrado a quien ve a la historia como una suma de hechos lineales. Y yo no la veo así», dijo. Y acotó: «Desde luego, nadie quisiera vivir en un país corrupto, con inflación desmesurada, y con inseguridad. Pero esos grandes temas, tomados aisladamente, no se dirigen hacia la espesura que tiene toda la historia».

A diferencia de los oficialistas que repiten a diario su fe en la palabra de Boudou, González dijo que viene «con angustia cívica» el proceso judicial que enfrenta el vicepresidente por la causa Ciccone. «Es muy duro juzgar personas», aclaró, y ensayó una suerte de defensa: «Como todos los que entraron vertiginosamente en la política, pagan un fuerte precio. Yo tengo la tendencia a ver como tragedia la vida de la persona política. Lo de Boudou es una tragedia nacional».

Fuente: Infobae

«Me duele Boudou. Pero lo veo hablando con una fuerza que parece adecuada a una persona que se está defendiendo y sobre la cual no quiero prejuzgar», dijo.

Otro de los temas en los que el intelectual mostró reparos con las decisiones de la Casa Rosada fue en el nombre de la dependencia que le encomendaron a su colega Ricardo Forster: Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. «No era oportuno el nombre. El título es sumamente inconveniente«, dijo.

«Forster está muy lejos de tener ningún empeño de poner cautelas y cortapistas al pensamiento de un país. Por lo tanto, lo primero que se me ocurre que debe hacer es no obstruir el debate. Y lo segundo, promoverlo de modo tal que no haya la menor sospecha de que hay una planificación del Estado en eso», dijo.

En la entrevista, González estimó que Cristina Kirchner no abandonará la política cuando cumpla su mandato en 2015. «En el lugar donde esté, representará una corriente de pensamiento en el país», confió. Y, como Forster, marcó sus diferencias con uno de los posibles sucesores que explora el oficialismo: Daniel Scioli. «Por supuesto no me gusta Scioli», reconoció -luego de enfatizar que «sería peor» Sergio Massa-. «Me parece un personaje menor de la política».

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