Un importante descubrimiento fósil en Canadá arroja más luz sobre el desarrollo de los primeros vertebrados, incluyendo el origen de las mandíbulas, siendo la primera vez que se ha visto este rasgo en el registro fósil tan temprano. Los autores de este trabajo han identificado una pieza clave en el puzzle de la evolución de los vertebrados a raíz del descubrimiento de ejemplares de peces fosilizados que datan del periodo Cámbrico, hace unos 505 millones de años, en las Montañas Rocosas canadienses. Este hallazgo es una pieza clave en el puzzle de la evolución de los vertebradosEl pez en cuestión se llama ‘Metaspriggina’ y muestra pares de arcos excepcionalmente bien conservado cerca de la parte delantera de su cuerpo. Las primeras de estas piezas, cercanas a la cabeza, con el tiempo condujeron a la evolución de las mandíbulas en los vertebrados. Hallar fósiles de peces a partir del periodo Cámbrico es muy raro y suelen estar mal conservados en general. Este nuevo descubrimiento, que se explica en la edición de este miércoles de Nature, muestra con un detalle sin precedentes cómo algunos de los primeros vertebrados evolucionaron, marcando el punto de partida de una historia que llevó a los animales posteriores, como a especies de peces más tardías, pero también los dinosaurios y mamíferos, como los caballos y nosotros mismos. Una nueva luz sobre el periodo Cámbrico Los fósiles de ‘Metaspriggina’ fueron recogidos de varios lugares de Burgess Shale en las Montañas Rocosas de Canadá, uno de los yacimientos de fósiles del Cámbrico más ricos en el mundo. Estos fósiles arrojan nueva luz sobre la «explosión» del Cámbrico, un periodo de rápida evolución que comenzó hace unos 540 millones de años, cuando la mayoría de los principales filos de animales se originó. Anteriormente, sólo se habían identificado dos ejemplares incompletos de ‘Metaspriggina’. Durante las expediciones conducidas por el Museo Real de Ontario en 2012, se recolectaron 44 nuevos fósiles de Burgess Shale cerca de Marble Canyon en el Parque Nacional Kootenay en la
Columbia Británica, que proporcionaron la base para este estudio. Fósiles muy bien conservados La disposición de los músculos muestra que estos peces eran nadadores activosLos nuevos fósiles de ‘Metaspriggina’ están muy bien conservados. La disposición de los músculos muestra que estos peces eran nadadores activos, no muy diferentes de una trucha, y veían el mundo a través de un par de ojos muy abiertos y sentían su entorno con las estructuras nasales. «El detalle de este fósil ‘Metaspriggina’ es impresionante» El profesor Simon Conway Morris, del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge indica que incluso los ojos están muy bien conservados y son muy evidentes. Pero son los arcos branquiales los que hacen este descubrimiento tan importante. Anteriormente, se pensaba que existían como una serie de arcos individuales, pero ahora ‘Metaspriggina’ muestra que, de hecho, existían en parejas. La pareja más anterior de arcos era también ligeramente más gruesa que el resto y esta sutil distinción puede ser el primer paso en una transformación evolutiva en su momento que llevó a la aparición de la mandíbula. «Tener un modelo hipotético de natación en el registro fósil como éste es muy gratificante», destaca el profesor Conway Morris. «Obviamente, los peces con mandíbulas llegaron más tarde, pero esto es como el punto de partida, donde todo está allí y listo para funcionar», añade el coautor del artículo, Jean-Bernard Caron, conservador de invertebrados en el Museo Real de Ontario y profesor asociado en los Departamentos de Ciencias de la Tierra y de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Toronto.
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