En su primera declaración ante el tribunal tucumano que lo juzga por violaciones a los derechos humanos perpetradas en esa provincia durante el último gobierno de facto, Antonio Bussi defendió y justificó el accionar de la dictadura . Insistió en que había «una guerra» contra «terroristas marxistas leninistas». Y, en al menos tres oportunidades, se mostró quebrado y lloró.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
El primer juicio oral que se celebra en Tucumán contra Bussi y Luciano Benjamín Menéndez se había reanudado al mediodía después de un cuarto intermedio que había solicitado la defensa para que volvieran a someter a un análisis médico al ex gobernador. La fiscalía rechazó el pedido y, tras una breve deliberación, el tribunal aceptó el rechazo: el ex militar no volvió a ser examinado .
Bussi usó la oportunidad que le dio la Justicia para declarar en el juicio después de que concluyó la lectura de la acusación y antes de que comiencen las indagatorias a los testigos. Leyó un texto que había preparado y dijo que había más detalles en un anexo.
Durante su discurso, Bussi criticó «la omisión sistemática y deliberada del marco histórico». Y, en su versión de ese «marco histórico», sostuvo que en Tucumán «tuvo lugar una guerra para aniquilar la agresión marxista leninista de bandas de delincuentes terroristas organizadas, equipadas e instruidas militarmente con apoyo extranjero e ideológicamente fanatizadas para procurar, con el terror y la muerte, la toma del poder político de la nación».
También dijo que «esas bandas no eran jóvenes idealistas sino traidores a la Patria » y que «los ideólogos de la subversión hoy (están en el) Gobierno». Asimismo, consideró que «el gobierno de María Estela Martínez, con el apoyo del pueblo, repelió constitucional, institucional y militarmente la agresión». Y agregó: «La figura del desaparecido es un arbitrio psicológico de la subversión para disimular las bajas en combate».