La decisión, que fue comunicada mediante una nota escrita al secretario de Culto, Guillermo Oliveri, sirvió además para disipar los temores por una nueva complicación en el diferendo que mantienen Argentina y Gran Bretaña en torno a la soberanía sobre las Malvinas.
Según consignó un medio de comunicación porteño, el Gobierno observó como «muy positiva» la actitud del «ministro» de Relaciones Exteriores del Vaticano, el arzobispo Dominique Mambertí, quien aún se encuentra en Buenos Aires. El retiro del pedido sobre la diócesis de Tierra del Fuego contribuyó a mejorar las relaciones entre el Vaticano y Argentina, que recibirían un nuevo impulso con la visita del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone.