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Hallan restos de «E.T., el extraterrestre», una leyenda de los videojuegos

Los cartuchos del considerado peor juego de la historia han sido desenterrados en el desierto de Alamogordo, a pesar de que Atari negaba su existencia

Atari

El mundo de los videojuegos tiene una gran leyenda desde los albores de su joven historia: cientos de miles de ejemplares de «E.T., el extraterrestre» (Atari, 1982) están enterrados en el desierto. El rodaje de un documental ha confirmado este fin de semana el mito recuperando los ejemplares condenados en Alamogordo (Nuevo México, Estado Unidos). El lugar es el mismo donde se probó la primera bomba atómica, a 180 kilómetros de Roswell, la ciudad de los avistamientos de ovnis. Un auténtico lugar de peregrinaje para los seguidores de la ciencia ficción.

«E.T., el extraterrestre» está considerado como el responsable de precipitar la caída de Atari, entonces líder del mercado de las consolas, y arrastrar consigo a toda la joven industria. La compañía estadounidense sobrestimó las ventas del juego, animado por el éxito de la película, y produjo millones de copias que jamás logró vender. El videojuego está considerado como uno de los peores de la historia. Desarrollado con urgencia para llegar a la campaña de Navidad, era un juego prácticamente incomprensible, de una calidad gráfica baja incluso para el estándar de la época y de enorme dificultad.

Atari reconoce que enterró en un vertedero de Alamogordo material de desecho, pero siempre ha negado que fueran los cartuchos de «E.T, el Extraterrestre», a pesar de que la prensa local de la época desveló posteriormente el contenido de los camiones. Los medios locales recogieron testimonios contradictorios: desde que el material fue previamente apisonado hasta los que aseguran haber logrado recuperar alguna copia. El mito creció y creció.

Las productoras Fuel Entertainment y LightBox Interactive, bajo el paragüas de Microsoft para su plataforma Xbox Live, están rodando un documental para desvelar la historia con el hallazgo de los restos como colofón. El sábado desenterraron el tesoro escondido de Atari en un gran acto con enorme publicidad al que acudieron cientos de curiosos. Junto a lo esperados cartuchos de E.T. había ejemplares de «Centipede», otro videojuego de Atari 2600.

Las autoridades de Alamogordo autorizaron la excavación el año pasado, animados por la repercusión que supone para la localidad, sede del museo estatal de Historia del Espacio. Pero el estado de Nuevo México puso trabas medioambientales, ya que no estaban dispuestos a dejar agujerear arbitrariamente en un vertedero condenado en los años ochenta por el exceso de concentración de materiales químicos. Finalmente consiguieron la autorización y desvelaron el mayor mito en el mundo de los videojuegos, aunque, como toda buena leyenda, hay voces que tachan todo como un simple y gran anuncio.

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