Lo de dejarse la vista viendo una película en un smartphone o en una tableta es cosa ya del pasado. Google lanza este miércoles en Europa y Canadá, ocho meses después de Estados Unidos, el Chromecast, un pequeño adaptador que transfiere a un televisor los vídeos en línea desde un aparato móvil.
Un televisor dotado con una entrada HDMI, una red wifi y unos minutos de instalación bastan para poner en marcha este aparato del tamaño de una llave USB. Una vez configurado, Chromecast comunica con un smartphone, una tableta o un ordenador portátil.
Por ejemplo, los vídeos en línea de YouTube, filial de Google, pueden transferirse desde varios aparatos móviles para mirarlos en una televisión gracias al pequeño icono «cast», simbolizado por un pequeño cuadrado al que llegan las ondas.
El smartphone se convierte en un mando a distancia desde el que se puede regular el volumen, pasar al siguiente vídeo o parar la lectura. Una vez que la película está en marcha, el teléfono puede servir para enviar correos o abrir otra aplicación.
Aunque las herramientas para difundir en TV los contenidos de un ordenador portátil, de una tableta o de un smartphone ya existen (cable HDMI la estación base Air Play de Apple), Google apuesta por la simplicidad del uso, el tamaño y el precio (35 euros).
«Para nosotros, el contenido es lo más importante. Queríamos que fuera tan fácil verlo en la tele como en el smartphone», explicó a la AFP Majd Bakar, director de ingeniería de Google y del proyecto.
Otra ventaja es que es compatible con un gran número de plataformas y terminales (Android, iPad, iPhone, Chrome para Mac o Windows…).
Para desarrollar el ecosistema y la utilización del Chromecast, Google ha dejado la aplicación abierta a los programadores informáticos.
El gigante de internet, que presentó Chromecast en julio de 2013 en Estados Unidos, dice que ya ha vendido «varios millones», aunque no da números concretos.
El nuevo artilugio de Google llega este miércoles a 10 países europeos (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Finlandia, Italia, Noruega, Holanda, Reino Unido y Suecia) y a Canadá.
En lo que respecta a los contenidos, además de YouTube, su navegador Chrome y Google Play (tienda en línea para películas y música), los usuarios encontrarán, en función del país, varios editores de contenidos: Netflix en el Reino Unido, Holanda, Suecia, Dinamarca y Finlandia, la BBC (Reino Unido), Watchever (servicio de VADA o vídeo a la carta por abono) o Maxodome en Alemania.
En Francia, las aplicaciones SFR TV y Pluzz de France Télévisions también están disponibles a partir de este miércoles.
«Para nosotros, es un elemento de diferenciación y una apuesta de apertura, ya que independientemente del módem, nuestros clientes tendrán acceso en su televisor a contenidos que sólo estaban disponibles hasta ahora en su smartphone», explicó a la AFP Guillaume Boutin, director de marketing de SFR, el único operador que comercializa en Francia el Chromecast.
En las próximas semanas se lanzará una aplicación compatible de Canalplay, el servicio VADA de Canal+. «Hay que llevar la distribución OTT («Over the top», es decir, independientemente de los suministradores de acceso a internet) de CanalPlay. Esto pasa por los nuevos equipos conectados», declaró a la AFP Manuel Alduy, que acaba de asumir la dirección de la nueva división de Canal+ dedicada a este universo.
Esta desaparición de las fronteras entre TV y la Web tiene un trasfondo. Según rumores persistentes, el gigante del comercio por internet Amazon tiene previsto sacar en abril un producto competidor.
Para Pascal Lechevallier, fundador de What’s Hot, empresa especializada en los nuevos medios de comunicación, este objeto es una «fabulosa forma de imponerse en la pantalla principal del hogar» para las redes multicadenas (MCN, del inglés»multi-channel network») de YouTube.
«La historia está en marcha y la oferta de vídeo en línea va a ser pletórica», predice, subrayando el interés que tiene Google, que con el tiempo, «aumente el valor de los pre-roll (publicidad que precede a los vídeos en línea) al difundirlos en TV».
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