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Si ustedes me permiten hoy no quiero meterme con el vértigo informativo de la actualidad. Hoy, si ustedes me permiten les quiero transmitir algo que me conmovió profundamente y que es mucho mas importante que cualquier noticia. Porque habla de la vida y de la muerte y de los padres y los hijos.
Habla de lo más sencillo y lo más profundo. De lo que realmente interesa. De lo que somos y lo que queremos ser. De lo que va a quedar de nosotros si algo queda en este mundo y en nuestros hijos y en los hijos de nuestros hijos. Teresita Ferrari ya contó la historia de Randy Pausch. ¿Se acuerdan? Es una historia que conmovió a millones de personas.
Randy era un profesor universitario de 47 años que vivía muy feliz con su esposa y sus tres hijos. Hasta que un día le dijeron que se iba a morir pronto porque tenía un cáncer de páncreas que era incurable. A partir de ese momento empezó a pensar y a planificar que podía dejarle a sus seres queridos antes de morirse. Es una pregunta que todos nos hacemos en algún momento de la vida. Hay toda una tendencia que enseña a disfrutar cada momento de la vida pensando que podrían ser los últimos momentos de tu vida.
En algunos países se les pide a los profesores que den una clase a sus alumnos con ese criterio. No importa si son profesores de geografía o computación. Les piden que transmitan un legado. Que dejen una herencia de vida. Que les digan a sus alumnos que es la vida y como se puede disfrutarla con mas plenitud. Cómo se puede ser mas feliz, que en definitiva es una de las grandes preguntas que a todos nos gustaría saber responder y que tiene tantas respuestas como seres humanos hay en el planeta.
Randy dio esa clase y contó su propia experiencia. Contó como se las arregló para intentar dejar su marca para siempre en el corazón de sus hijitos. A Dylan lo llevó a nadar con delfines. Pensó que era una experiencia difícil de olvidar aún para un chico de apenas 6 años. A Logan, el del medio que tiene 3 años lo llevó a Disney y le presentó a su ídolo: el ratón Mickey. Y a la más chiquita, a Chloe de apenas un año le grabó un video estremecedor. Mirando a la cámara le dice a su hijita: quiero que crezcas sabiendo que yo fui el primer hombre que se enamoró de vos.
Randy trató de estar el mayor tiempo posible con su esposa Jai. Con sus amigos fue a bucear. Se dio varios gustos que tenía postergado pero entre su clase y un libro dejo algunas experiencias que me parecen grandes y humildes verdades. Formas de ver la vida lejos de la fugacidad y la frivolidad de lo material o lejos de los pequeños problemas de todos los días que a veces nos hacen perder de vista las cosas trascendentes.
Randy dijo que todos los obstáculos que se nos ponen adelantes hay que tomarlos positivamente. Como un desafío. Como una forma de demostrar nuestra inteligencia y nuestra pasión para lograr ese objetivo. Si de verdad queremos llegar a determinado lugar vamos a superar todo tipo de problemas y vamos a llegar.
Darle un lugar de privilegio a los afectos, a los sentimientos por nuestra familia y nuestros amigos. Mirar siempre lo que hace una persona mas que lo que dice esa persona. Tratar de escuchar lo que nos quiere decir el otro desde lo más profundo. Respetar al otro por sobre todas las cosas.
Darle tiempo para que nos sorprenda y nos deslumbre con sus capacidades. Aprender a plantearnos algunas preguntas incómodas sobre nosotros mismos. Porque hago esto que hago. ¿Qué me impulsa a hacer tal cosa? ¿Cuántas veces les dije y les demostré a mis hijos que los amo profundamente? O a mi esposa o a mis amigos.
Son preguntas claves. Las que nos humanizan y nos hacen mejores personas. Millones de personas aprendieron mucho de la historia de Randy. Por Internet, con su video en You tube o leyendo su libro. Muchas cuentan que gracias a este sencillo manual para tratar de ser feliz disfrutando lo mas importante de la vida pudieron superar depresiones, inseguridades, incluso situaciones de violencia familiar, o asumiendo con mayor paz enfermedades terminales solo con modificar sus prioridades.
Solo diferenciando lo urgente de lo verdaderamente importante y defendiendo siempre los sueños contra viento y marea.
Me puso muy triste saber que Randy murió el viernes. Me puso muy contento saber que pudo superar incluso el principal de todos los obstáculos: la muerte. Porque su última lección quedará para siempre…
Por: Alfredo Leuco
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