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Ordenaron restituir al frente del CAAD a María Laura Gariglio

Después de dos años de trámites administrativos, la Secretaría de Educación no encontró motivo para sostener la remoción de la directora del CAAD, María Laura Gariglio. Las graves acusaciones que pesaban en su contra fueron descartadas casi en su totalidad.

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En agosto de 2011, la Secretaría de Educación, mediante la resolución 392/2011, resolvió separar de su cargo a la directora del Centro de Actividades Alternativas para Discapacitados, María Laura Gariglio.

El documento de notificación destacaba «presuntas irregularidades en el cuidado, atención y trato de alumnos del CAAD, en tanto que alguno de ellos que padecerían Síndrome de Down, concurrían a la institución con la piel quemada de orín, con ampollas, rasguñados», y se imputaba a la directora de «no haber tomado medidas, a pesar de haber sido debidamente notificada».

Estas denuncias, que fueron expuestas en una denuncia penal impulsada por quien en su momento era Ministro de Educación, fueron desestimadas y la propia Secretaría de la cartera educativa indicó a través de una nueva resolución que se reincorpore en el cargo a María Laura Gariglio.

Si bien resta resolver el sumario administrativo que se le inició a Gariglio por «conducta indecorosa», la Secretaría de Educación resolvió devolverla a su cargo. Por el momento, María Elena no podrá hacerlo ya que se encuentra con «licencia médica por estrés postraumático».

Gariglio en Radio Fueguina indicó que «en estos dos años todos perdimos mucho, nadie ganó nada. perdí yo, perdieron los chicos, perdieron los padres, perdieron los docentes, perdió el personal, perdió el CAAD, pero sobre todo perdieron estas tres personas de personal POMyS que empezaron con esta mentira”

“Fui peligrosa durante dos años para el CAAD, me acusaron de maltrato, de abandono de personas; todas cosas tan ajenas de la realidad”, destacó

Por otra parte Gariglio dijo que “volví a entrar al CAAD después de dos años y dos meses fui recibida exactamente como era recibida todos los días, el beso, el abrazo, la charla cotidiana fue la misma de siempre”

“Hoy no puedo volver al cargo, no tengo la salud para hacerlo. la destitución me produjo un estrés traumático que incluso hizo que me vaya de la isla. llegué a padecer incluso fobia social”, puntualizó.

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