Los investigadores en la causa del narcoavión encontraron armas de guerra en la casa de Gustavo Juliá, uno de los tres pilotos argentinos que se encuentran detenidos en España por transportar 944 kilos de cocaína en un avión privado.
El operativo se realizó el pasado 12 de enero, cuando efectivos de Gendarmería ingresaron al domicilio de Juliá en Perú 1256, Acassusso. Allí incautaron cinco armas de fuego, una de ellas una ametralladora 9 mm, cargadores y hasta silenciadores.
Se determinó luego que Juliá no tiene permisos para portar esas armas, por lo que el juez en lo Penal y Económico Alejandro Catania consideró que el acusado por narcotráfico podría estar frente a un nuevo delito, pero esa denuncia se radicará en la Justicia de San Isidro, a cargo de esa jurisdicción.
Juliá está detenido en España junto a su hermano Eduardo y el otro piloto Matías Miret por transportar casi una tonelada de droga en un vuelo privado desde la Argentina.
El avión llegó el 2 de enero al aeropuerto catalán de El Prat, donde se decomisó la droga y fueron detenidos los argentinos. El viernes, el juez Catania tomó declaración al jefe civil del aeródromo de Morón, Ricardo Palazón, quien deslindó responsabilidades y señaló a miembros de la Fuerza Aérea como quienes estaban a cargo de los movimientos dentro de la estación aérea.