«España no puede ser uno de los únicos países del mundo que no tenga este asunto regulado», dijo el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba en rueda de prensa al término de la reunión semanal del gabinete.
Pérez Rubalcaba afirmó que es urgente combatir la piratería en la red y proteger los derechos de autor y la propiedad intelectual. Según diversos estudios, España encabeza la lista de países con mayor número de descargas ilegales en la red.
«El objetivo no es otro que combatir la piratería en la red. Consiste en impedir que haya quien use para lucrarse la propiedad intelectual de otro», agregó.
«La propiedad intelectual es como la propiedad inmobiliaria: es la propiedad de alguien. En este caso muy importante, porque es la de nuestros creadores», añadió.
El parlamento tumbó el martes por sorpresa la ley, que ha generado un apasionado debate entre los partidarios de la norma -el mundo de la cultura y la industria del entretenimiento- y los internautas, quienes se oponen.
El gobierno aseguró que está dispuesto a negociar con todos los grupos políticos, ya que deberá presentar un nuevo texto en el Senado si quiere lograr los apoyos necesarios.
La ley vetada contemplaba la creación de una Comisión de Propiedad Intelectual, encargada de revisar las denuncias de particulares o entidades sobre páginas de internet que lucran ofreciendo descargas gratuitas.
Si la comisión entendía que estos sitios violaban los derechos de autor, podía remitir el caso a la Audiencia Nacional, donde un juez tenía un plazo de cuatro días para autorizar el bloqueo de esos contenidos y clausurar la página.
Lo que más irritaba a los usuarios de internet era la creación de la citada Comisión, dependiente del Ministerio de Cultura. En su opinión, este órgano era parcial y convertía la legislación en una «mordaza» y un ataque a la libertad de compartir archivos en la red.
«No se persigue a nadie, no se atenta contra la libertad de expresión de nadie. Simplemente, tratamos de regular la propiedad de la gente que crea en España», aseguró Rubalcaba sobre la polémica.
Para la mayor parte del mundo de la cultura y el sector del entretenimiento, esta fórmula era la mejor para defender los derechos de autor y garantizar la distribución de música, cine y entretenimiento.