Según publica el portal, Diario El Sol, un quilmeño se propone cruzar, a nado, el Canal de Beagle, en Tierra del Fuego, desafiando las bajas temperaturas.
Es un reto personal pero, a la vez, despertó el interés de los médicos que buscan conocer las razones por las cuales el cuerpo de Walter Ruano es capaz de soportar el frío extremo.
Walter vivió hasta hace quince años en Don Bosco. Estudió en el viejo Chaparral, se recibió de técnico químico y cuando fue despedido de una empresa de la localidad de Gutiérrez, decidió probar suerte en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. «Estaba trabajando en una empresa cerca del cruce de Alpargatas hace quince años y hubo reducción personal. Como no había otras posibilidades de trabajo me vine para acá, porque tenía unos amigos, pensando en quedarme un tiempito nomás», contó Walter hace unos días.
La ciudad lo cautivó a pesar del frío y empezó a buscar un trabajo duradero para quedarse a vivir. Si bien no había ofertas laborales para su profesión, buscó alternativas en la docencia. Actualmente, en la isla trabaja como profesor de química y guardavidas en la pileta del Polideportivo Municipal, donde encontró gente con quien comenzó a ingresar a las aguas frías aguas del canal. Se trata de «una iniciativa que tuvimos con unos compañeros guardavidas hace cinco o seis años. Como empezamos en invierno, íbamos rompiendo la capa de hielo que forma el rocío. El primer cruce del canal lo hicimos los seis con traje de neoprén pero ahora tengo la intención de hacerlo sin traje, la última vez que lo hice la temperatura estaba a 7 grados y estuve una hora dentro del agua», contó el quilmeño. El entrenamiento y la adaptación a las bajas temperaturas, que comenzó desde que se mudó al sur, son fundamentales para esta aventura. «Uno se va adaptando. Hace una semana nevó y sigue todo escarchado porque hace 3 o 4 grados bajo cero». Sin embargo, no lo sufre, sino que lo disfruta. El primer cruce de Puerto Williams a la isla de Tierra del Fuego se hizo en verano, «por una cuestión de trabajo», pero ahora, sin traje de neoprén, se hará en pleno invierno. «Es un trabajo de adaptación al agua que no se hace de un día para otro, sino que requiere un entrenamiento especial», acotó.
La resistencia a las bajas temperaturas despertó el interés de la medicina, ya que no es común que una persona pueda permanecer en aguas heladas durante tanto tiempo, por lo que en esta oportunidad un equipo médico tratará de establecer las condiciones que le permiten a Walter cumplir con su propósito.
Walter no cuenta con ayuda estatal ni de parte de privados, pero no es una cuestión que lo preocupe, porque «lo hago a pulmón, es una iniciativa propia, nunca pedí nada, salvo cuando lo hice en grupo. Ahora es un desafío propio».
El quilmeño contó además que otra de las razones que lo llevaron a quedarse allí es la espectacularidad de los paisajes, que convierten a Ushuaia en una ciudad muy visitada por turistas de la Argentina y de todo el mundo. «Es vivir en una postal constantemente, es hermoso en cualquier época del año. El termómetro dice que hace frío, pero estoy en la calle con una remerita y un buzo nomás». Esa es la razón por la cual la presencia de vecinos de esta ciudad no es extraña. En el polideportivo municipal hay otros 6 quilmeños trabajando y hay un grupo grande de personas de este distrito viviendo allí.
Experiencia de otro deportista
Este año, el nadador Rubén Emiliano González completó exitosamente el cruce del Canal de Beagle, uniendo Punta Mac Kinley, en territorio nacional, con la Punta Cabo Peña de la isla Navarino, Chile, en un tiempo de 20 minutos 50 segundos.»Hace un año que venía preparándome, por lo que el cruce me resultó bastante sencillo, es mi primer récord a esas temperaturas y velocidad», contó en aquella oportunidad el deportista, de 34 años, tras recorrer unos 1.700 metros con el agua a 9 grados de temperatura y 4 grados ambiental.González es miembro del equipo master del club Sitas de Palomar, guardavidas de la Cruz Roja Argentina y además, es profesor de inglés en escuelas públicas secundarias del partido de La Matanza.
La experiencia estuvo orientada a cooperar con las instancias de formación profesional de guardavidas y nadadores de rescate. Asimismio, se hizo el 24 de marzo.
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