En medio del paro nacional convocado por la CGT, Daniel Rivarola, representante del Centro de Empleados de Comercio, analizó la situación laboral en la ciudad de Río Grande, criticó las políticas del gobierno nacional y denunció el avance del empleo no registrado. Rivarola expuso los desafíos que enfrentan los trabajadores en un contexto de ajuste y precarización.
«Este gobierno nacional utiliza medios en cadena y todo tipo de situaciones para dividir y asustar al movimiento obrero», afirmó al referirse a los mensajes que desalientan la adhesión al paro. «Muchos compañeros, aunque están de acuerdo con la medida, no participan por miedo a los descuentos o al despido», explicó.
Solo en los últimos meses, el sector perdió 45 puestos de trabajo, a los que se suman otros 24 despidos en una empresa tercerizada de limpieza que prestaba servicios para Mirgor.
Respecto al derecho a huelga, Rivarola reconoció su vigencia legal, pero advirtió sobre las limitaciones en un mercado laboral debilitado: «El derecho existe, pero choca con la falta de empleo. En una sociedad con pleno empleo, podrías cambiar de trabajo si te tratan mal, pero acá no se puede».
Además, señaló que, aunque no pueden despedirte con causa por participar de una protesta, «te pueden echar al día siguiente sin justificación, pagándote la indemnización».
Uno de los ejes centrales de su intervención fue el crecimiento del trabajo en negro en la ciudad. «Calculo que entre el 10% y el 15% de los trabajadores de comercio están en situación irregular», sostuvo. Y agregó: «Hicimos una inspección en una panadería y encontramos cinco personas sin registrar».
Rivarola atribuyó este fenómeno a la falta de controles: «El Ministerio de Trabajo de la Nación no está en la calle, y el provincial solo actúa ante denuncias. Los empresarios aprovechan la necesidad de la gente».
Sobre el impacto del paro, consideró que, más allá de la convocatoria, la medida cumple un rol clave: «Sirve para poner la voz de alerta. Si el Estado ve que no hay resistencia, avanza sin límites». En esa línea, remarcó que el reclamo no solo es sindical, sino social: «Lo que vale es que el gobierno entienda que hay disconformidad con este rumbo económico y con la situación laboral».
Finalmente, Daniel Rivarola detalló la difícil realidad del sector comercio: «Estamos en una meseta. De 380 despidos el año pasado pasamos a 40 en este, pero crece la informalidad». Y cerró con una reflexión sobre el consumo: «La gente gasta cada vez menos. Se sostiene lo básico, como alimentos, pero la indumentaria y la electrónica están muy afectadas. Sin salarios que recuperen el poder adquisitivo, la crisis se profundiza».
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