La situación del sistema de salud en Tierra del Fuego atraviesa una crisis profunda, según explicó Julio Torres, integrante del Sindicato de Profesionales de la Salud (Siprosa), en una entrevista con Radio Fueguina. Con un diagnóstico claro y contundente, el médico describió cómo la combinación de salarios bajos, falta de incentivos para profesionales y el crecimiento desbalanceado del sector privado está afectando la calidad de la atención pública.
«Es preocupante el rumbo que va tomando la situación política sanitaria en nuestra querida provincia», afirmó Torres. «Lamentablemente vemos que no se están cumpliendo muchas de las directivas que estas gestiones proclaman. En la realidad no se llevan a cabo».
El profesional señaló que uno de los problemas centrales es la dificultad para retener médicos en la provincia, ya que las condiciones económicas no compensan los costos de vivir en Tierra del Fuego.
«Un profesional que ingresa (al sistema público) está cobrando cerca de los 2 millones de pesos. Si tenemos en cuenta que un alquiler cuesta entre 600.000 y 800.000 pesos, le quedan poco más de un millón para sobrevivir, incluyendo gastos como la educación de sus hijos», detalló. Comparó esta realidad con otros sectores: «Un empleado de comercio llega a 3 millones de pesos, y un médico se prepara seis años para recibirse, más cuatro de especialidad y posgrado».
Torres criticó además el sistema de bloqueo de título, que impide a los médicos trabajar en múltiples instituciones, pero sin ofrecer salarios acordes. «Defendemos el bloqueo como política sanitaria, porque evita el pluriempleo que perjudica la atención pública, pero debe ir acompañado de remuneraciones adecuadas», explicó. Reveló que muchos colegas priorizan el sector privado, donde «un cirujano gana en dos o tres intervenciones lo que percibe en un mes en el hospital».
El sindicalista también cuestionó la distribución de recursos: «La obra social pública deriva más fondos al sector privado que al estatal. En Ushuaia, la clínica San Jorge creció a pasos agigantados, mientras el hospital pierde capacidad». Recordó que, años atrás, el hospital de Río Grande «era comparable con los mejores de Buenos Aires», pero hoy «la complejidad se deriva a lo privado».
Sobre las protestas del gremio, Torres admitió que afectan a los pacientes, pero las justificó por la falta de respuestas del gobierno. «Estamos sobrecargados: hay menos profesionales y más demanda, porque mucha gente dejó las prepagas y volvió al sistema público», dijo. Reclamó una reunión con el gobernador para negociar aumentos salariales que, según él, deberían superar los 5 millones de pesos para atraer profesionales.
«Cuando llegué en 2006, un salario alcanzaba para 20 pasajes a Buenos Aires; hoy no llega a 6», concluyó. «Sin cambios, la calidad seguirá descendiendo, y los más perjudicados son los fueguinos» añadió finalmente Julio Torres.
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