En una entrevista exclusiva con ((La 97)) Radio Fueguina, la jueza Federal de Río Grande, Mariel Ester Borruto, brindó un panorama exhaustivo sobre el funcionamiento y las novedades del Juzgado Federal a su cargo.
Con un enfoque en la modernización y la eficiencia, Borruto subrayó que el que conduce se convirtió en el primer juzgado federal del país en operar de manera completamente digital. «Hoy, con 14.000 expedientes que llevamos, más o menos, son todos digitalizados en una computadora. Si usted pasa por el juzgado, difícilmente vaya a ver los expedientes viejos. Papeles, no hay», explicó.
La magistrada detalló que, si bien el personal no ha aumentado significativamente, la reorganización interna y la adopción de herramientas digitales han permitido optimizar el trabajo. «Trabajamos muchísimo con todo lo que es digital, que se puede no solamente durante el horario laboral, obviamente estamos siempre de seis y media, una y media, atendiendo al público, pero con posterioridad a ese horario el juzgado sigue funcionando, pero ya de manera virtual».
Esta flexibilidad resulta esencial para casos urgentes, como aquellos vinculados a la salud o a detenciones. «Para esos casos tampoco hay horario, y tenemos que actuar en el momento que corresponda, que ocurren las cosas», afirmó.
La conflictividad previsional
Uno de los datos más llamativos que compartió Borruto fue el crecimiento exponencial en ciertas áreas. «Cuando estábamos con la doctora Lilian Herráez, teníamos cerca de diez expedientes respecto de jubilaciones. Hoy llegamos a los seiscientos». Este incremento motivó la creación de una secretaría especializada en seguridad social. «Hemos creado hasta una secretaría de Previsión, le decimos nosotros, de Seguridad Social, donde atendemos todas estas irregularidades que pasan en ANSES, que también hemos incluido a las fuerzas, que también cobran muy mal, las fuerzas de seguridad, Gendarmería, Prefectura, Policía, etc., haciendo ajustes y demás».
Borruto destacó el rol clave de su equipo, en el que los secretarios funcionan como «mini jueces» debido a su especialización en distintas materias. «Yo trato de estar obviamente en todo, porque yo soy la que firma y la que lee al final soy yo, pero hay que proyectar mucho, hay que controlar lo que entra, es decir, es un trabajo de mucha responsabilidad. Y la verdad que tengo un equipo que está a la altura de las circunstancias».
Gracias a este trabajo coordinado, el juzgado mantiene un bajo nivel de atraso en sus causas. «No tenemos casi nada de atraso, es muy poco, impulsamos muchísimo en lo que podemos nosotros, y avisarles a los abogados que lo muevan, o se lo van a mover o no, y tratamos de que los plazos se acorten en la medida que se puede».
Además de las innovaciones internas, el juzgado ha adoptado estrategias de comunicación más cercanas a la ciudadanía, como el uso de Instagram para informar sobre trámites y novedades. «Tenemos una de las chicas que nos va subiendo algunas cositas que tenemos que supervisar, por supuesto, por terminología y demás, pero sí, la verdad que me parece interesantísimo», comentó la Dra. Mariel Borruto.
La jueza finalmente reiteró la disposición del tribunal a mantener sus puertas abiertas, combinando la atención presencial con las herramientas digitales para garantizar un servicio más accesible y eficiente.
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