Por tercer año consecutivo, la Municipalidad de Río Grande realizará un agasajo para las trabajadoras de casas particulares, un gesto que Dora Sánchez, referente de la Unión de Trabajadoras de Casas Particulares en Tierra del Fuego, calificó como «una caricia al alma» después de años de lucha por la dignificación del sector.
El evento, que se llevará a cabo este domingo 27 a las 16 horas en el Club Sportivo, busca reunir a cientos de empleadas en un espacio de reconocimiento y camaradería.
«Este acompañamiento es rarísimo, no existe en el país ni en Latinoamérica y el Caribe», afirmó Sánchez en diálogo con Radio Fueguina. «Participamos del encuentro de la Gran Alianza de Latinoamérica y el Caribe de trabajadoras de casas particulares, y nos decían: ‘Es rarísimo, no existe’. Hay compañeras que nos cuentan que en otros lugares no las dejan ni pasar por la puerta de la municipalidad, y sin embargo, acá tenemos ese apoyo».
El agasajo, que incluirá música, sorteos y un espacio para compartir experiencias, representa para Sánchez una muestra tangible del compromiso del intendente Martín Perez y su equipo. «La verdad que nos ayudan un montón. Nos han dado cursos, acompañamiento en situaciones difíciles, y eso no es común», destacó.
Sin embargo, la realidad laboral del sector sigue siendo crítica: el 80% de las aproximadamente 400 trabajadoras registradas en la provincia están en la informalidad, con salarios que no cubren ni siquiera los costos de transporte.
«Todavía esperamos la convocatoria paritaria que debió ser en marzo», explicó Sánchez. «Muchas compañeras cobran $3.000 la hora, lo que no alcanza ni para el colectivo. Algunas logran acordar $5.000 o $6.000, pero la mayoría de los empleadores no quieren pagar más que el mínimo» relató a continuación.
A esto se suma la falta de acceso a la obra social, cuya oficina no tiene representación en la provincia, lo que desincentiva la registración.
Pese a las adversidades, Sánchez enfatizó la importancia de la organización y la solidaridad entre las trabajadoras. «Nos ayudamos entre nosotras: si sabemos que en un lugar no pagan o hay maltrato, avisamos para que nadie vaya», relató.
El agasajo del domingo, más allá de ser una celebración, es también un espacio para fortalecer esos lazos. «Que las compañeras traigan su equipo de mate, las esperamos para pasar un buen momento, para conocernos y visibilizar que tenemos derechos además de obligaciones».
La persistencia de este reconocimiento anual, según Dora Sánchez, demuestra que el apoyo municipal no responde a intereses electorales, sino a una política sostenida. «Esto no es de hoy, porque es un año electoral. Es un compromiso real», remarcó. Para muchas trabajadoras, en un contexto nacional de desprotección, este gesto local marca una diferencia invaluable.
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