En un paso concreto hacia la innovación en la producción alimentaria local, Río Grande Activa y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) finalizaron la primera etapa de un proyecto para reactivar una incubadora y nacedora avícola inactiva desde hace más de 15 años.
«Es un trabajo conjunto que busca promover la transferencia tecnológica desde el sector industrial a la producción de alimentos», explicó Juan Pablo De Luca, presidente de la sociedad estatal, en diálogo con Radio Fueguina.
La iniciativa, enmarcada en un convenio firmado en 2023 entre el intendente Martín Perez, el rector de la UTN Mario Ferreira y De Luca, involucró a estudiantes de ingeniería electromecánica en su primera práctica profesional supervisada. «Los alumnos Damián Galvez, Emanuel Silva, Maximiliano Lorenzo y Emanuel Guerrero, bajo la tutoría del ingeniero Germán Guerrero, reemplazaron circuitos electrónicos, sensores y piezas obsoletas -algunas recreadas con impresión 3D-, y elaboraron un manual de funcionamiento», detalló De Luca.
El equipo recuperado permitirá incubar hasta 3.000 huevos, complementando la producción actual de pollos frescos de Río Grande Alimentos, que este año proyecta alcanzar los 25.000 ejemplares.
La segunda fase del proyecto requerirá una inversión privada para adaptar la infraestructura en la Misión Salesiana, donde opera la marca. «No es solo una sala: implica un complejo con espacios veterinarios y cumplimiento sanitario», aclaró el titular de Río Grande Activa, quien adelantó conversaciones con empresas como Mirgor para financiarlo. La meta es reducir los tiempos de producción, actualmente afectados por el traslado aéreo de pollitos desde Entre Ríos. «La incubación local acortará ciclos y mejorará la eficiencia», subrayó.
Paralelamente, la empresa estatal lanzó una línea de pollos congelados de «larga vida» -con duración de hasta diez meses- para ampliar su alcance comercial. «El fresco sigue siendo nuestro diferencial: agroecológico, sin aditivos y con trazabilidad artesanal», destacó De Luca, aunque reconoció los desafíos culturales: «Hay que educar al consumidor sobre aspectos como el color amarillo de la piel, un indicador de calidad».
Con este avance, el convenio UTN-Río Grande Activa consolida un modelo de colaboración público-privada que, según De Luca, «demuestra la capacidad local para generar valor a partir del conocimiento industrial».
La incubadora no solo optimizará la producción avícola, sino que sienta un precedente para futuras innovaciones en la cadena alimentaria fueguina.
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