La abogada Dalila Nora, con más de 30 años de experiencia en casos de violencia de género, ofreció un profundo análisis sobre los recientes femicidios ocurridos en el país. Durante su intervención en Radio Fueguina, la especialista desglosó los mecanismos que llevan a estos crímenes, las fallas en el sistema de protección y la responsabilidad colectiva para prevenirlos.
Con claridad meridiana, Nora definió el femicidio como la máxima expresión de una cadena de violencias previas: «El femicidio es una consecuencia de un hecho de violencia que perdura en el tiempo, que se vuelve cotidiano. Las víctimas terminan normalizando situaciones que nunca deberían ser aceptadas: un empujón, un cachetazo, la humillación verbal o el aislamiento emocional son todas formas de violencia que, si no se detienen, pueden escalar hasta el desenlace fatal».
La experta hizo especial hincapié en las características que diferencian al femicidio de otros homicidios. Según explicó, «no se trata simplemente de un asesinato, sino del exterminio final de una mujer por el hecho de ser mujer, generalmente a manos de quien debería protegerla: su pareja, expareja o un familiar cercano. Esto lo convierte en un crimen particularmente aberrante que nuestra sociedad no puede seguir tolerando».
Al evaluar las políticas públicas actuales, Nora no dudó en calificar de insuficientes los esfuerzos estatales. Señaló con preocupación cómo «las prohibiciones de acercamiento, herramienta clave para proteger a las víctimas, muchas veces no son otorgadas por los jueces competentes, dejando a las mujeres en situación de riesgo». Este vacío en el sistema de protección, sumado a la falta de recursos para implementar medidas efectivas como las consignas policiales, configura según la abogada «un escenario peligroso que facilita la repetición de estos crímenes».
Más allá de las críticas al sistema, Nora enfatizó el papel fundamental que juega la sociedad en la prevención. «Cuando escuchamos gritos o discusiones violentas en la casa del vecino, tenemos la obligación moral de intervenir o denunciar, aunque nos tilden de entrometidos», afirmó. Esta participación activa de la comunidad, combinada con una respuesta más eficaz de las instituciones, podría según la experta «romper el círculo de violencia antes de que sea demasiado tarde».
El análisis de Nora también abordó el perfil de los agresores, destacando que «el femicida no surge de la nada, sino que va construyendo su patrón violento a lo largo del tiempo, mientras la víctima va quedando psicológica y socialmente aislada». Esta progresión, según la abogada, hace que la detección temprana sea fundamental.
Como cierre, la especialista hizo un llamado a la acción colectiva: «Cada femicidio que ocurre es un fracaso de toda la sociedad. Tenemos las herramientas legales y el conocimiento necesario para prevenirlos, lo que nos falta es la decisión firme de implementar todos los mecanismos disponibles y mantenernos alerta como comunidad».
El mensaje de Dalila Nora dejó en claro que, más allá de las estadísticas, cada caso representa una vida truncada que pudo y debió ser salvada.
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