La astronomía en la organización de nuestras vidas, la duración de los días y la planificación de actividades. Con la llegada del otoño, el ciclo de las estaciones da un nuevo giro.
Este jueves, los amantes de la astronomía prestan atención al equinoccio de otoño. José Luis Hormaechea, astrónomo y ex jefe de la Estación Astronómica Río Grande, detalló en una entrevista con ((La 97)) Radio Fueguina los aspectos técnicos y astronómicos de este fenómeno natural.

Hormaechea explicó que, si bien el almanaque marca oficialmente que el otoño comienza mañana, el equinoccio se define astronómicamente como el momento en el que el sol tiene una declinación cero.
«Fue la medianoche pasada», indicó. Durante el equinoccio, el sol emerge exactamente por el este y se pone por el oeste, un fenómeno que se produce únicamente en torno al 20 de marzo y el 23 de septiembre.
El astrónomo destacó la importancia del equinoccio en nuestras vidas. «Desde que el ser humano comenzó a transitar la Tierra, el cielo ha influido en la organización de nuestra vida diaria», comentó.
La duración de los días de la semana y de los meses, así como la planificación de actividades como vacaciones y trabajo, se rigen por fenómenos astronómicos.
Hormaechea recordó que cada día de la semana está dedicado a un astro: el lunes a la luna, el martes a Marte, el miércoles a Mercurio, el jueves a Júpiter, el viernes a Venus, el sábado a Saturno y el domingo al sol. Este legado astronómico resuena en nuestros calendarios y costumbres.
El astrónomo también explicó que la duración de las estaciones está relacionada con la órbita casi circular de la Tierra alrededor del sol. Aunque la inclinación del ecuador de la Tierra provoca los cambios estacionales, todas las estaciones tienen una duración similar de tres meses. «Si la órbita fuera más elíptica, las estaciones tendrían diferente duración», aclaró Hormaechea.
A pesar de que a lo largo de los siglos, la fecha de inicio de las estaciones se va desplazando, el calendario humano funciona como un invento para organizar nuestra vida en función de estos fenómenos naturales.
Así, con la llegada del otoño, se abre un nuevo capítulo en el ciclo de las estaciones, donde la naturaleza comienza a prepararse para el frío y la transformación del paisaje.
La conexión entre la astronomía y la vida cotidiana se reafirma, recordándonos que estamos siempre en sintonía con el entorno.
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