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Boliches bailables

Revelan inusitado nivel de violencia en la noche de Río Grande

Desde el gremio SUTCAPRA pintaron un preocupante panorama de “la noche” riograndense, con inusitados niveles de violencia entre los jóvenes que, supuestamente, salen a divertirse.

La noche de Río Grande, tradicionalmente asociada con la diversión y el esparcimiento juvenil, se ha convertido en escenario de una violencia creciente y preocupante, según denunció por ((La 97)) Radio Fueguina, Raúl Bombares, secretario General del gremio SUTCAPRA, encargado de la rama de control, admisión y permanencia en los locales bailables.

En la entrevista, Bombares describió un panorama desolador, marcado por agresiones físicas, enfrentamientos y una falta de control que pone en riesgo tanto a los trabajadores de los boliches como a los jóvenes que asisten a estos espacios.

“Muy, muy, muy violenta. Más de lo que se ve en los medios incluso”, afirmó Bombares, quien detalló incidentes graves que han afectado a los empleados de los locales. “Nosotros hemos tenido golpes muy complicados en contra de nuestros trabajadores. Le han hundido el tabique nasal a un par de trabajadores, por ejemplo, el 25 de mayo y San Martín en Maldito Ibiza. Le han pegado con caños, roturas de cráneo”, relató.

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Raúl Bombares, secretario General del gremio SUTCAPRA

Estas situaciones, según el gremialista, son cada vez más frecuentes y han llevado a que los trabajadores enfrenten su labor con incertidumbre y temor. “Es muy difícil. Nosotros decimos que no es para cualquiera este trabajo. Entramos a trabajar y no sabemos cómo puede terminar la noche”, agregó.

La violencia no se limita a los trabajadores, sino que también se extiende a los jóvenes que asisten a estos locales. Bombares explicó que, en muchas ocasiones, los enfrentamientos involucran a grupos numerosos, lo que dificulta la intervención del personal de seguridad. “Somos agredidos. Recibimos golpes. A veces, lamentablemente, también el trabajador se defiende. Hemos visto eso. Somos a veces castigados por la sociedad también. Y es difícil no llegar a un enfrentamiento cuando hay dos trabajadores y hay 15 tipos que están pegando”, señaló.

Además, destacó que los grupos suelen actuar de manera coordinada, lo que agrava la situación. “Hoy los grupos de personas salen en manadas, como decimos nosotros. Y lamentablemente la palabra manada capaz que está media mal puesta, pero es lo que nosotros entendemos”.

El problema se agudiza por la falta de intervención efectiva de las fuerzas de seguridad fuera de los locales. “Nosotros podemos intervenir dentro del lugar donde estamos cumpliendo la función. Esto lo dice la ordenanza, lo dice la ley nacional. De la vereda hacia afuera, tiene injerencia solamente la policía”, explicó.

Sin embargo, criticó que la presencia policial suele ser insuficiente o reactiva. “Ahora hay personal policial afuera de los boliches. Generalmente aparece el personal policial cuando salimos en las radios. Funciona así, lamentablemente”, afirmó.

Un caso emblemático es el de La Morena, un local que, debido a su historial de incidentes violentos, en su momento optó por contratar seguridad adicional. “La Morena tiene un patrullero y un equipo de trabajo con adicional, paga por fuera, más allá de que tengan un rondín, como se dice en la jerga, están afuera apostados en un patrullero con cuatro o cinco efectivos policiales. Eso lo paga el comercio como para dar una mayor tranquilidad a la gente que ingresa al lugar ese”, detalló Bombares.

Esta medida, aunque efectiva en cierta medida, no resuelve el problema de fondo. “Hoy vemos que hay una pelea y todos sacan el celular y nadie frena nada. Entonces, es más importante la prensa que dos flacos que se estén matando allá afuera”, lamentó.

Naturalización

La situación ha llegado a un punto en el que la violencia parece haberse normalizado. “No puede haber un fin de semana si es que no hay una agresión afuera. Más completo sería con una buena pelea desde la salida. Increíble. Esa es la violencia que tenemos hoy”, expresó Bombares.

El dirigente también criticó la falta de interés por parte de las autoridades políticas. “No comprendemos que a la parte política no le interese. Hay muchísimos jóvenes que no tienen lugar donde ir y van a meterse a algún galpón, a veces calefaccionado con leña, un peligro”, advirtió.

Según razonó, la falta de espacios seguros y controlados para los jóvenes los expone a riesgos aún mayores. “El joven busca alternativas para salir y si no pueden entrar a nuestros espacios donde hay realmente un control para la seguridad de los jóvenes, con una salida de emergencia, con gente que viene trabajando para cuidarlo, la integridad física, busca alternativas”.

Bombares también cuestionó la percepción de las autoridades sobre el problema. “Pareciera ser que la parte política cree que, si el boliche rebota al joven, el joven se va a la casa. Y no es así”, afirmó. En este sentido, destacó la importancia de buscar soluciones integrales que involucren a todos los actores relevantes.

“Veremos qué pasa con la reunión que tuvimos nosotros con el diputado Santiago Pauli. Hay un compromiso de por lo menos de escucharnos y de seguir trabajando de aquí en adelante”, comentó.

Sin embargo, lamentó que no haya habido un mayor compromiso por parte del Concejo: “Lamento informar que solamente a esta persona le importó la seguridad de los jóvenes. Hubiera sido mejor que nos reciba el Concejo, que nos escuche, pero estamos en un año político que no se quieren involucrar en estas cuestiones que son sensibles para la comunidad”.

Finalmente, Bombares hizo un llamado a las autoridades y a la comunidad en general para abordar el problema de manera conjunta. “Nosotros esperamos ser convocados. Somos parte de un equipo de trabajo que está cumpliendo la función en la noche y deberíamos estar sentados en esa mesa, para dar nuestra experiencia y entre todos tratar de preservar a los jóvenes que hoy no pueden acceder a un boliche bailable y buscarles alternativas”, concluyó. E insistió: “Ese joven que hoy no ingresa, reitero, está deambulando, tomando y expuesto a cualquier cosa en la vía pública”.

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