El Parque Nacional Tierra del Fuego informó que la emblemática «Cueva de Jimbo», ubicada en el cañadón de la Oveja a unos 700 metros sobre el nivel del mar, colapsó completamente la semana pasada. Esta estructura, compuesta de hielo y situada en un sector protegido del Parque Nacional, había sido objeto de estudio por parte de científicos del CADIC-CONICET, quienes habían advertido sobre el riesgo inminente de derrumbe debido a las condiciones geológicas y climáticas.
Los estudios realizados por los especialistas, mencionados en el comunicado oficial, habían identificado una dinámica activa que aceleraba la fusión del hielo y debilitaba la estructura de la cueva. Este proceso incluyó el adelgazamiento del techo, la aparición de grietas sobre el glaciar y la caída constante de fragmentos de hielo y rocas.
En virtud de estos antecedentes, la Intendencia del Parque Nacional había implementado medidas preventivas, prohibiendo el acceso al sitio mediante una señalización clara que indicaba el riesgo y la restricción.
«En función del gran riesgo que esta situación generaba, y advirtiendo que las estructuras se encontraban debilitadas, la intendencia del Parque Nacional Tierra del Fuego había prohibido terminantemente el acceso a este peculiar sitio», recordó el organismo en su comunicado.
Además, se habían dispuesto controles regulares por parte de guardaparques y personal de Gendarmería Nacional, quienes advertían a los visitantes sobre los peligros asociados a acercarse o transitar cerca de la cueva.
La preocupación por la seguridad no es nueva en torno a la Cueva de Jimbo. En 2022, un trágico accidente evidenciado en el informe oficial marcó las consecuencias de ignorar las advertencias. En aquella ocasión, un turista que ingresó de manera irregular perdió la vida tras el colapso parcial de la estructura.
Este antecedente marcó un punto de inflexión en los esfuerzos del Parque Nacional para reforzar las medidas de prevención y concientizar a la comunidad y a los visitantes sobre los riesgos de interactuar irresponsablemente con el entorno natural.
El reciente colapso no provocó heridos ni víctimas mortales, pero sí resalta la importancia de respetar las recomendaciones de seguridad y de adoptar una actitud responsable frente al medio ambiente. «Este hecho basta como muestra de que la contemplación y el disfrute del ambiente debe realizarse con responsabilidad, tanto por los visitantes como por aquellos que desde el ámbito local actúan como anfitriones», destacó el Parque Nacional en su informe oficial.
La desaparición de esta formación de hielo constituye no solo una pérdida paisajística sino también un recordatorio de los efectos del cambio climático y de la necesidad de preservar los espacios naturales.
El Parque Nacional Tierra del Fuego reafirmó su compromiso de continuar trabajando en la protección y manejo sustentable de estas áreas, promoviendo al mismo tiempo una convivencia armónica y respetuosa entre las personas y la naturaleza.
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