La ciudad de Córdoba fue testigo de un momento histórico para los jóvenes de la Patagonia. Los intendentes de Río Grande, Martín Perez, y de Río Gallegos, Pablo Grasso, inauguraron juntos la Casa de Jóvenes Fueguinos y Santacruceños “Ignacio Studer”, un espacio que simboliza el esfuerzo conjunto de dos localidades sureñas por brindar apoyo y contención a quienes eligen esta ciudad para cursar sus estudios universitarios.
Con una emoción visible y palabras que reflejaron el orgullo de un sueño alcanzado, ambos líderes destacaron ante los micrófonos de ((La 97)) Radio Fueguina la importancia de esta iniciativa. “Esto es un hecho que no sé si se ha repetido en algún otro momento, que dos ciudades se unan para en conjunto generar un espacio que sea de ayuda, de acompañamiento, de contención para los pibes y pibas que están estudiando acá en Córdoba. Creo que es la primera vez que se da”, expresó Martín Perez, marcando el tono de una jornada cargada de significados.
La Casa Ignacio Studer no es un espacio cualquiera. Es un lugar pensado para transformar la experiencia universitaria de los jóvenes que viven lejos de sus familias.
El edificio cuenta con aulas, coworking, cocina, quincho, pileta, parrilla y espacios de recreación como un metegol y una consola de videojuegos.
Además, integra servicios esenciales como Internet, talleres de apoyo académico y asistencia en salud mental y física, características que, según Pablo Grasso, hacen de este un proyecto único: “Es una de las pocas casas de dos municipios en Argentina destinada al joven. Nos pusimos de acuerdo para dividir tareas, costos e inversiones. El trabajo conjunto marca la diferencia”.
Ambos intendentes destacaron el simbolismo de este logro en el contexto de la Patagonia, una región que se define por su resiliencia y unión. “La Patagonia tiene una fuerza muy especial, y creo que nosotros, con este tipo de acciones, decimos siempre para adelante ante cualquier adversidad, todos juntos abrazados en defensa de nuestra gente”, añadió Perez, reforzando la visión compartida de ambos líderes.
Para Grasso, la casa representa, más que un lugar físico, un punto de encuentro para reforzar los lazos entre jóvenes fueguinos y santacruceños. “Nosotros, los sureños, somos de juntarnos. Este va a ser un lindo punto de encuentro para no solo venir a estudiar, sino también para darnos ánimo y no extrañar a nuestra familia, que a veces es muy difícil cuando estamos lejos”, reflexionó.
La concreción de este proyecto es también una muestra de planificación y trabajo en equipo. Los intendentes recordaron cómo nació la idea, durante un viaje juntos. “Me pasó a buscar cuando hicimos la conformación del foro de ciudades atlánticas. En el trayecto, fuimos hablando de muchos proyectos, y este era uno. Martín me dijo ‘¿por qué no lo hacemos juntos?’ y permitió que Río Gallegos también pueda estar acá. Eso habla de la generosidad y la visión de grandeza”, relató el riogalleguense, evidenciando la afinidad que permitió que esta casa se convirtiera en una realidad.
La jornada estuvo cargada de emociones, pero también de momentos distendidos. Entre risas, Grasso compartió una divertida anécdota que cerró la inauguración con un toque humano: “Ya estuvimos jugando al metegol y me ganó Martín. Como todos, agarró y escondió la pelotita y no quiso jugar más. Va 1 a 0 Río Grande contra Santa Cruz, así que esperemos que la puedan desempatar los chicos”.
La Casa de Jóvenes Fueguinos y Santacruceños Ignacio Studer es más que un edificio. Es un símbolo de unidad, esfuerzo y visión. Un lugar que, en palabras de Martín Perez, será “un antes y un después” para cientos de jóvenes que sueñan con un futuro mejor, sabiendo que sus provincias los esperan para que desarrollen todo su potencial.
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