La investigación sobre la muerte de Marcelo Fernández en el Sanatorio Fueguino sigue planteando interrogantes en torno a los procedimientos médicos y las circunstancias que derivaron en un desenlace trágico.
Francisco Giménez, abogado de la señora y un hijo del fallecido, brindó por ((La 97)) Radio Fueguina detalles sobre el estado de la causa, destacando que ya se cuenta con un causal médico de muerte, pero advirtiendo que la obtención de los estudios específicos requeridos demorará al menos seis meses.
El letrado subrayó la prudencia con la que se maneja el caso debido a su complejidad. “Es una causa muy compleja para tratar de determinar qué fue lo que pasó, con muchos involucrados. Por eso desde nuestro lado, representando a la señora y al hijo de Marcelo, tratamos de ser lo más prudentes posible para no involucrar a todo el personal médico, a todos los profesionales, porque, así como de este lado uno representa a familiares de una víctima, del otro lado hay familiares de profesionales involucrados en una causa penal”, señaló Giménez, apuntando a las repercusiones que las imputaciones pueden generar en otras familias.
Según los resultados preliminares de la autopsia, la muerte de Fernández fue atribuida a una trombosis pulmonar bilateral y una necrosis aguda de riñón. “Es un infarto de pulmón, cuando dos grandes trombos vienen desde las piernas, tapan las arterias de los pulmones y eso colapsa y produce un paro cardíaco, una muerte muy cruel”, explicó el abogado.
Además, destacó que la necrosis renal pudo haberse producido por deshidratación severa o pérdida de sangre, factores que requieren un análisis detallado para determinar su origen.
El contexto en el que ocurrió el fallecimiento también genera preocupación. “La trombosis no necesariamente uno tiene que tener una patología previa, es aguda, nos puede dar a cualquiera en cualquier momento, sobre todo después de una intervención quirúrgica y cuando un paciente estuvo en terapia mucho tiempo acostado, sin movimiento”, explicó Giménez, cuestionando si se tomaron las medidas de profilaxis necesarias para prevenir complicaciones de este tipo.
Las historias clínicas disponibles no aportan claridad sobre el caso, según el representante legal. “En principio, en las historias clínicas no tenemos registro de que esto haya sucedido. Veremos si falsificaron eso o alguna otra explicación tiene que haber”, indicó, dejando entrever la posibilidad de irregularidades en los registros médicos.
Otro de los puntos en análisis es la condición en la que Fernández fue trasladado a una sala común tras la intervención quirúrgica. Giménez detalló que el paciente nunca alcanzó un estado de plena consciencia después de la operación, lo cual considera irregular. “Este chico no se despertó nunca, raro. Despertar me refiero a estar consciente, plenamente consciente, lúcido, con un Glasgow 15-15”, señaló, añadiendo que los familiares fueron quienes advirtieron que algo no estaba bien.
El rol del equipo médico durante el procedimiento también está bajo escrutinio. “El encargado de que alguien en la cirugía se duerma y se despierte es el anestesista. El cirujano va, hace su trabajo y se va y lo deja al anestesista encargado del paciente. Bueno, esto es lo difícil de determinar”, expresó el abogado, señalando la necesidad de esclarecer qué sucedió en el quirófano y qué decisiones se tomaron en el manejo postoperatorio.
Por último, lamentó la extensa espera para obtener los estudios toxicológicos y otros análisis específicos enviados a Buenos Aires. “Lamentablemente, seis meses, a veces un año demora, con lo que significa para los familiares de las víctimas esperar esto, que es una constante en todas las causas donde se investigan muertes más o menos en circunstancias extrañas”, concluyó Francisco Giménez.
El caso de Marcelo Fernández sigue rodeado de incertidumbre. Mientras los familiares aguardan respuestas, la investigación continúa su curso, enfrentándose a la complejidad de los procedimientos médicos y legales involucrados en un desenlace que aún no encuentra explicación plena.
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