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Ana Prado

Una guía de turismo que lleva el mundo a través de sus experiencias

Ana Prado, guía y técnica profesional en turismo, comparte su historia en una exclusiva entrevista con ((La97)) Radio Fueguina. Desde su hogar en Río Grande hasta sus experiencias en la Antártida, Ana revela cómo transformó su pasión por los viajes en una emocionante carrera, donde lleva el mundo a los demás, compartiendo cada aventura y aprendizaje a través de las redes sociales. 

Ana Prado, una joven guía y técnica profesional en turismo originaria de Río Grande, Argentina cuenta con una trayectoria marcada por la pasión y la dedicación. Se ha embarcado en un recorrido que la ha llevado a explorar los rincones más remotos del planeta, compartiendo su experiencia a través de operadoras turísticas y redes sociales. 

En una exclusiva entrevista para ((La97)) Radio Fueguina, Ana relata que su vida ha transcurdido en una dualidad entre sus dos ciudades: “La mitad de mi vida la pasé en Río Grande y la otra mitad en Ushuaia. Estudié la tecnicatura de turismo en Ushuaia, y allí comenzó todo». 

Desde muy joven, se sintió atraída por el mundo del turismo, aprendiendo sobre las maravillas de su entorno y proyectando su vida hacia lo que parece un sueño hecho realidad: trabajar en la Antártida.

Ana confiesa que su camino no fue fácil. “Llegar a viajar tanto no fue tan sencillo. Siempre quise ir a la Antártida, así que comencé a alimentar ese sueño hace unos 10 años, leyendo sobre biología antártica y exploradores”. 

Su deseo era tan fuerte que, en un acto de osadía, envió un correo electrónico a una de las operadoras que trabajaban en la zona, ofreciendo sus servicios como guía. Aunque no recuerda si recibió respuesta, el eco de esa acción resuena en sus palabras, evidenciando la valentía de una Ana que soñaba en grande.

El turismo, especialmente el antártico, experimentó un auge post-pandemia. “Hubo más barcos y más demanda. Estábamos preparados, habíamos estudiado mucho sobre la región», explica.

A pesar de las oportunidades, la inseguridad y el ‘síndrome del impostor’ la acompañaban constantemente. “Sentía que nunca estaba lo suficientemente preparada”, admite. 

Sin embargo, el destino le brindó una oportunidad inesperada: un puesto de emergencia en una empresa australiana de turismo. “Fue muy loco. En una semana tenía que resolver mi vida”, señala con una mezcla de nervios y emoción.

Su experiencia laboral en la industria turística fue fundamental. Mientras trabajaba en una agencia en Ushuaia, recibió una oferta para viajar a la Antártida. Ese momento que parecía un sueño, rápidamente se tornó una realidad. 

“Prepare todos los papeles, estudios médicos y certificaciones. Todo en una semana”, relata Ana. Así comenzó su aventura con una empresa que realiza expediciones a regiones polares, donde no se busca el lujo, sino la conexión profunda con la naturaleza, la historia y la biología de los lugares visitados.

“Los barcos suelen tener entre 100 y 150 pasajeros. A bordo se dan charlas con biólogos, geólogos e historiadores sobre el lugar que vamos a visitar”. Ana narra su pasión por educar y compartir el conocimiento con los viajeros, haciendo que cada expedición sea una experiencia memorable. Los días están repletos de actividades que permiten a los pasajeros explorar la belleza y misterios del continente blanco.

A través de su trabajo y sus redes sociales, Ana ha encontrado una forma de conectar a las personas con el mundo, llevando un poco de la Antártida y otros destinos a aquellos que la siguen. Sus relatos, acompañados de imágenes impactantes, permiten que sus seguidores vivan la emoción de sus aventuras como si estuvieran a su lado.

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