El fiscal Ariel Pinno, representante del Ministerio Público Fiscal en el juicio contra Carlos Toledo, de 19 años, acusado de haber apuñalado y asesinado a Franco Agustín García, de 21 años, presentó su alegato en el tribunal y solicitó una condena de 19 años de prisión.
El caso, que ha suscitado gran interés público, gira en torno a la muerte de García, ocurrida en circunstancias que, según el fiscal, denotan premeditación y frialdad por parte del acusado. Pinno fundamentó su pedido de condena apoyándose en testimonios, pruebas forenses y la conducta del imputado tanto antes como después del ataque.
En rueda de prensa, el fiscal subrayó la consistencia de los testimonios que involucran a Toledo en el homicidio. “Hay otros cuatro testigos que le ubican un cuchillo en la mano al imputado, y en distintos momentos», afirmó Pinno. Estos testigos, según expuso, proporcionaron declaraciones claves sobre los momentos previos y posteriores al ataque. Uno de ellos ubicó a Toledo con el cuchillo en el predio donde se produjo el conflicto, y otro, un oficial de policía, afirmó haber presenciado cómo el joven se deshacía del arma utilizada para cometer el crimen al momento de su detención.
Pinno también cuestionó la credibilidad de algunos testimonios que, en lugar de ayudar al imputado, terminaron complicando su situación. “El primer testigo de Tiziano Correa que la Fiscalía le pidió falso testimonio en el juicio, sin perjuicio de querer, no sé si ayudarlo es la palabra, pero cambió su declaración después al refrescar la memoria del Tribunal, igual termina complicando al imputado”, sostuvo el fiscal, sugiriendo que hubo intentos de manipular la versión de los hechos para favorecer a Toledo.
Uno de los puntos más críticos de la fundamentación del fiscal fue la reconstrucción del hecho en sí, basándose en imágenes y testimonios. Según Pinno, la agresión de Toledo no fue producto de un enfrentamiento fortuito, sino un ataque premeditado. “No es que se están peleando en ese momento y saca un cuchillo. Va y busca hincarlo, directamente”, dijo, describiendo cómo Toledo habría salido a buscar a su víctima para apuñalarla tras una pelea en el local “Chocolate”. Esta reconstrucción, apoyada por videos de cámaras de seguridad, fue clave para el fiscal, quien enfatizó la frialdad con la que Toledo actuó.
Otro aspecto que el fiscal resaltó fue el comportamiento del acusado inmediatamente después de la agresión. “Franco se desploma en la vereda del ANSES y lo increíble acá es el imputado, que en los vídeos se lo ve levantar las manos y festejar su hazaña”, señaló, en una clara referencia a la aparente falta de remordimiento de Toledo.
El alegato también abordó la cuestión de la edad de Toledo al momento del hecho. Pinno rechazó cualquier intento de minimizar la gravedad del crimen por tratarse de un joven que recientemente había alcanzado la mayoría de edad. “No nos olvidemos que mató a una persona, acá hay un homicidio. No hay que romantizar el hecho de que es un menor de edad, de hecho, no es un menor de edad, había cumplido 18”, afirmó, dejando en claro que la edad del acusado no debería ser un factor atenuante en la condena solicitada.
El fiscal también se refirió a la personalidad de Toledo y su comportamiento previo al crimen. Según Pinno, el acusado exhibía comportamientos violentos incluso antes del homicidio, señalando la existencia de fotos en las redes sociales donde Toledo se mostraba posando con cuchillos. “Estamos viendo que fecha 7 de octubre se sacaba fotos con cuchillo en el Instagram y las subía, entonces ¿quién es el imputado? ¿el que decía que cuidaba a la abuela enferma? ¿o el que se juntaba a tomar un jueves a las 4 de la tarde?”, cuestionó Pinno, contrastando la imagen pública de Toledo con los hechos que lo llevaron al banquillo de los acusados.
Finalmente, desestimó cualquier posible justificación basada en el consumo de alcohol por parte de Toledo al momento del ataque. Si bien se reconoció que había estado bebiendo, el fiscal argumentó que eso no afectó su capacidad para tomar decisiones. “Toledo no era una persona que tambaleaba, que no podía dirigir su persona, todos lo vieron que salió corriendo más rápido, corrió a gran velocidad en línea recta, el comportamiento fue normal”, subrayó, insistiendo en que el consumo de alcohol no fue un factor determinante en el accionar del acusado.
En resumen, el fiscal Ariel Pinno fundamentó su pedido de 19 años de prisión para Tiziano Toledo en una sólida base de pruebas testimoniales y forenses, destacando la frialdad con la que se habría cometido el homicidio, el comportamiento del acusado antes y después del hecho, y rechazando cualquier atenuante relacionado con su edad o estado de intoxicación.
La decisión ahora está en manos del tribunal, que deberá evaluar si las pruebas presentadas por la fiscalía son suficientes para dictar la sentencia solicitada.
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