En las últimas semanas,, el pueblo bonaerense de San Pedro ha sido escenario de una de las estafas virtuales más alarmantes en el ámbito de las criptomonedas, afectando a miles de ciudadanos que confiaron en la promesa de inversiones rápidas y seguras. La situación ha puesto de relieve no solo la vulnerabilidad de los inversores, sino también la falta de vigilancia y educación financiera adecuada en un contexto propenso a estos fraudes.
Según Aníbal Lazzaroni, especialista en ciberdelitos, el modus operandi de estas estafas se basa en un esquema conocido como «método Ponzi». Este tipo de estafa utiliza engañosas promesas de altos rendimientos para captar inversores incautos.
“Empiezan a captar personas que están incentivadas para hacer una inversión donde van recibiendo una cantidad de dinero por sus inversiones con la propuesta de que se hará una gran inversión a futuro y que será mucho más rentable”, explica Lazzaroni en una reciente entrevista con ((La 97)) Radio Fueguina.
La estrategia de estos estafadores se sostienen en ofrecer retornos superiores a los que se pueden obtener en el sistema financiero convencional. A medida que la comunidad se expande, las ganancias iniciales se utilizan para atraer a más inversores, creando una ilusión de legitimidad.
Sin embargo, este ciclo frágil solo se mantiene hasta que cesa el flujo de nuevos participantes. “En el momento que la base de la pirámide se hizo amplia, simplemente se retira el capital y desaparecen”, señala Lazzaroni.
La Unidad de Información Financiera (UIF) ha comenzado a prestar atención a estos movimientos, pero el especialista destaca que debería haber existido una vigilante más activa ante la señalización de actividades sospechosas.
“Esto aparece en un mapa, el movimiento de las criptomonedas es como el mapa del delito, y las policías provinciales deberían haber detectado ese movimiento”, subraya. Esta falta de detección ha permitido que los engaños se propaguen, dejando a muchos inversores con pérdidas devastadoras.
Lazzaroni enfatiza la necesidad urgente de una educación financiera que se centre en el ahorro y no en la especulación. “Lo que tenemos que entender es que no tiene que ser una educación financiera para la especulación, sino para el ahorro”, esclarece.
Esta visión es especialmente crítica en un país como Argentina, que ha conocido múltiples crisis económicas y donde la gente busca maneras de proteger su dinero. El especialista resalta que “un chico de 13 años no debería tener la posibilidad de invertir”, sugiriendo que es fundamental educar desde la base a las familias sobre el manejo responsable de las finanzas.
Las estafas no solo afectan a individuos, sino que también reflejan un problema mayor que requiere la atención del estado. “Hay cierta responsabilidad en todos los niveles, desde el nacional hasta el municipal, para generar seguridad y confianza en el sistema financiero”, concluye Lazzaroni.
A medida que los fraudes continúan afectando a comunidades como la de San Pedro, se hace evidente que la prevención y la educación son herramientas esenciales en la lucha contra las estafas virtuales, especialmente en un tiempo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y muchos no saben manejarse adecuadamente con ella.
Más sobre «estafas virtuales»
No te pierdas de leer
Últimas noticias
Comentarios