Entre 2021 y 2023, en Tierra del Fuego se registraron más de 1.500 interrupciones voluntarias de embarazo, un dato que revela tanto un cambio en las prácticas de salud reproductiva como en la percepción social y personal de la interrupción del embarazo en la provincia.
La licenciada en Obstetricia del Hospital Regional de Río Grande, Jesica Roldán, por ((La 97)) Radio Fueguina ofreció una visión personal de esta tendencia y de las características de quienes recurren a esta práctica, así como del acceso a métodos anticonceptivos en el sistema público y privado.
Roldán explicó que, en estos dos años de estadísticas, “en la provincia hubo un poquitito más de 1500 abortos y esto se ve también en la baja de partos y cesáreas. Nosotros habíamos llegado a un máximo de 90 partos y hoy estamos en un promedio de 40 a 50, la mitad abajo y tenemos entendido que en la parte privada es igual”. Este descenso en el número de nacimientos refleja, según Roldán, una consecuencia directa del aumento en el número de abortos registrados, lo que plantea una reconfiguración en el perfil demográfico y de salud en Tierra del Fuego.
Un aspecto significativo es el perfil etario de las mujeres que recurren a la interrupción del embarazo, que contrasta con las expectativas iniciales. “Para nuestra sorpresa, lo que sabemos es que la mayoría, a diferencia de lo que creíamos que lo iban a utilizar las chicas más jóvenes, son mujeres más grandes, mujeres de más de 25 o 30 años, a lo mejor con familias formadas, con hijos”, detalló Roldán, una situación que suele estar ligada a factores económicos, laborales o personales, que pueden influir en la decisión de interrumpir el embarazo.
Además, la obstetra comunicó su perspectiva personal respecto de la práctica, expresando que, a su juicio, “no es una interrupción, sino que se está matando una vida, porque no se interrumpe. Interrupción es que interrumpiste temporalmente la luz que prendes y volvés a apagar. La vida del bebé se termina en realidad en un aborto”. Esta opinión personal subraya una dimensión ético-moral que, aunque no forma parte de los protocolos médicos oficiales, a menudo influye en el ámbito de la salud reproductiva, especialmente en contextos donde las creencias personales pueden impactar en la atención que reciben las pacientes.
A pesar de su postura, la profesional indicó que su labor y la de otros profesionales se centra en promover y garantizar el acceso a métodos anticonceptivos como una medida preventiva, considerando que en muchos casos esta opción podría evitar la necesidad de abortar. “Recurren lamentablemente a este acto, no sé cómo llamarlo para ser respetuosa también, pero creo que no es el camino. Creo que hoy tenemos muchas posibilidades para cuidarnos, tenemos una canasta de anticonceptivos gratuita al alcance”, sostuvo. En el ámbito de los consultorios, la consejería y la distribución de métodos anticonceptivos representan una labor esencial que busca reducir la incidencia de embarazos no deseados.
Roldán también mencionó el trabajo en asesoría y prevención realizado desde su ámbito, señalando que las consultas sobre métodos anticonceptivos, en su experiencia, han sido efectivas en varios casos para evitar embarazos no planificados. Para ella, algunas mujeres llegan “equivocadas queriendo abortar”, y que, en algunos casos, luego de recibir orientación y hablar sobre la posibilidad de continuar con el embarazo, deciden hacerlo. “Me ha pasado a mí que llegan al consultorio equivocadas queriendo abortar y bueno, yo no puedo con mi fe y con mis convicciones y les hablo y han seguido con sus embarazos y están felices. Eso sí me ha pasado y eso está buenísimo”, compartió la profesional.
Para garantizar el acceso a métodos anticonceptivos, Roldán explicó que el hospital implementa medidas que buscan acercar la oferta gratuita a las usuarias, aunque reconoció que existen dificultades en cuanto al stock y la logística de distribución. “Es cierto que a veces se dificulta o no hay stock, pero yo te puedo asegurar que si vos venís nosotros de algún lado sacamos, pero te solucionamos tu problema”, afirmó. Denotó que en los Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) de la provincia, por ejemplo, se ofrecen preservativos a través de dispensadores, aunque no así anticonceptivos orales, que requieren una consulta previa para asegurar su correcto uso y efectividad.
En conjunto, estas cifras y testimonios reflejan una realidad compleja en torno al aborto y la salud reproductiva en Tierra del Fuego, donde factores personales, económicos y sociales inciden de manera determinante en las decisiones de las mujeres.
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